

Episode 3
3/31/2023 | 58m 29sVideo has Closed Captions
The killer contacts Roque, threatening to out his secret if he doesn't do as he's told.
Three more victims are needed for the legend to be fulfilled. Monica is aware that the Urco will kill again and is determined to do everything possible to prevent it. At the same time, Anton asks Roque for help.
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback

Episode 3
3/31/2023 | 58m 29sVideo has Closed Captions
Three more victims are needed for the legend to be fulfilled. Monica is aware that the Urco will kill again and is determined to do everything possible to prevent it. At the same time, Anton asks Roque for help.
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback
How to Watch Neboa
Neboa is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.

Discover Mysteries, Romances, & More
Explore our hand-picked collections of PBS dramas to find your new favorite show. Browse our catalog of sweeping historical epics, breathtaking romantic dramas, gripping crime thrillers, cozy family shows, and so much more.Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorshipESTE PROGRAMA MUESTRA CONTENIDO EXPLÍCITO.
SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.
- [Mónica] Alguien siguió a Ana y la mató en esta zona.
Y más tarde, trasladó el cadáver en una lancha.
- [Ferro] A O Burato do Demo.
- Tal por estar haciéndole esto a mis padres.
Pero, bueno, me da igual.
- [Mónica] ¿Esa mochila de quién era?
- [Carmen] Era de Ana.
- [Mónica] ¿Y?
No ha aparecido, ¿no?
- [Carmen] No.
- ¿Si Mario decide contarlo qué?
- Mario no va a hablar.
Porque ya me encargué yo de que no hable.
- Yo no la maté.
- ¿Qué pasa con Cascudo?
Dicen que lo dejaste ir libre.
- Lo que le diría es que vuelva a su casa y se olvide de todo esto.
Porque no lo va a coger.
- [Mónica] Quiere hablar.
Pero está asustado y no se atreve.
- Mi novio se volvió loco.
Por eso vine con mi madre.
No quería dejarme sola.
- [Mónica] ¿Qué haces con Gael?
- [Vega] Nada.
- Es testigo de la investigación.
- Ya lo sé, mamá.
- [hombre] Quiere cambiar su declaración.
- Cuando todo eso acabe, el subteniente se irá a su casa, pero tú vas a seguir aquí.
Y tu marido, y tu hijo.
- Ayer llamó.
- No vi la llamada hasta esta mañana.
- [Rosa] No viste la llamada porque no estabas en casa.
Saliste de madrugada.
- [Mónica] Antón, ¿usted tiene una lancha?
- [gritando] Pero, ¿qué mierda?
¿Me está acusando de algo?
- [Ana] ¡Socorro!
¡Ayuda, por favor!
¡Me va a matar!
¡Ayuda!
¡Me va a matar!
¡Por favor!
[golpe] [gritos] - ¿Me vas a contar lo que pasó en la noche que murió Ana?
- Bebimos.
Y tomamos éxtasis.
Hicimos el ritual.
Hablamos de hacerlo como, no sé, como una broma.
Tampoco lo pensamos mucho.
Quedamos en llevar máscaras de Urco.
Primero hicimos el conjuro, como se supone que hacían las brujas Y después todo lo demás.
Fue una tontería.
[risas] Pero esa noche Ana apareció muerta.
[golpes en la puerta] Y después el teniente.
- Sé que no me lo has contado todo.
Puedes irte.
- Tenía que acompañarla.
- ¿Cómo?
- Si la hubiese acompañado, ahora estaría viva.
[música de tensión] [música suave] - [sacerdote] Yo soy la resurrección y la vida, dice Dios.
"Quien cree en mí, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente".
"Yo sé que mi redentor vive.
Y al fin se levantará sobre el polvo".
- ¿Qué tal fue?
- Bien.
- ¿Qué les dijiste?
- Lo suficiente para que te dejen en paz.
- ¿Y saben algo de la mochila de Ana?
- No.
- [sacerdote] "Al coro de elegidos y de ángeles".
Por Jesucristo, nuestro Señor.
- [público] Amén.
- [sacerdote] Concédele, Señor, el descanso eterno.
[murmullos] Descansa en paz.
- [público] Amén.
Nada hemos traído a este mundo.
Y, sin duda, nada podremos sacar de él.
Dios nos lo dio y Dios nos lo quitó.
- Turco y Comba son unos mamones.
Pero ya vendrán a pedirme ayuda.
¿Quedamos luego en mi casa?
- No voy a ir contigo.
Se acabó, tío.
Déjalo estar.
- ¿Cómo que "déjalo estar"?
- Te dije que la cosa iba a acabar mal.
- Pero te empeñaste en hacerlo y mira cómo estamos ahora.
- Venga, no me jodas.
No irás a dejarme colgado ahora.
- Roi, ya está.
- Hey.
Gael.
Que yo solo no puedo recuperar esa mochila.
- Lo siento.
Roi.
Eso no va a volver a pasar.
- [Cascudo] Te llamaré las veces que me parezca.
Quiero asegurarme de que tienes claro el trato.
Yo no cuento lo que vi y tú no te nos acercas.
Marcho hoy mismo.
Mientras tanto, te quiero ver lejos de mí.
- Pasa por casa.
Tenemos que hablar.
Mejor cuando no esté Rosa.
- ¿Qué pasa entre Antón y tú?
Deberíais estar más unidos que nunca.
Y casi ni os miráis a la cara.
Rosa.
- Antón mintió.
Dijo que no oyó la llamada de Ana porque estaba dormido.
Pero no es verdad.
Salió de la casa a las tantas de la noche y no volvió hasta la mañana.
Ayer, cuando vinisteis y dijisteis que a Ana la llevaron por mar a O Burato do Demo... - Sí.
- La teniente le preguntó si tenía una lancha.
- Y él dijo que no.
- Otra mentira.
Tiene una escondida.
- ¿Dónde?
- En un galpón de esos del puerto.
Vale.
[música sentimental suave] [timbre telefónico] - [Vega] ¿Qué tal estás?
- Odio los entierros.
- [Vega] Como todo el mundo, mamá.
- ¿Qué haces?
- Nada, he salido a dar una vuelta.
- [Mónica] Ya, pero no te alejes mucho, ¿vale?
- Vale.
- Estaba el cura, supongo.
- Pues sí, estaba.
Y ya vale.
- ¿Y estaba Gael?
- Vega, ya hemos hablado de eso.
No quiero que te veas con él.
Es un testigo del caso.
- Es solo un amigo.
O, bueno, ni siquiera eso.
Y sabes que tengo cuidado, mamá.
Confía un poco en mí, anda.
- [Mónica] Claro que confío en ti, Vega.
- Luego hablamos, ¿vale?
- Luego te llamo.
- Soy Laura Domínguez, del Crónica del Noroeste.
¿Podemos hablar?
- [Mónica] No.
Para cualquier información, llame a prensa de comandancia.
- [Laura] ¿Es cierto que hay un testigo?
[música de intriga] - ¿Cuándo?
- Esta noche.
- Hoy no hay ferry, Mario.
- Ya lo sé, pero tenemos que irnos igual.
Sí o sí.
- Vale.
Pues nos vamos.
- Bien.
Espera aquí.
- Una periodista sabe que viste al Urco.
En cuanto se publique, estás jodido.
- No me diga.
- Mario, el Urco no va a dejar un testigo suelto.
- No me va a hacer nada, teniente.
Se lo aseguro.
- ¿Cómo lo sabes?
¿Por qué no me dices quién es y acabamos con este problema?
- Es que no hay ningún problema.
Me largo de la isla esta noche y se acabó.
- ¿Qué coño se acabó?
Van a morir tres personas.
- Eso es cosa suya, teniente.
Y ahora, si no le importa, tengo que hacer las maletas e irme.
- Estás ayudando a un asesino.
No te olvides de eso.
- Ola, ya vete al curro.
Te llamo cuando esté todo listo.
- No, me quedo contigo.
- Vete al curro.
Cuanto menos llamemos la atención, mejor.
- Ya.
¿Y a dónde vamos a ir?
- Cuando esto se sepa, Antón va a ser sospechoso y no va a haber vuelta atrás.
- Buscabas una lancha, ¿no?
- Antón trabaja en el mar.
Puede tener una lancha o dos.
- Trabaja para los Ulloa.
Nunca me dijo que tuviera una lancha.
¿Por qué mintió?
- No sé.
- ¿Y dónde estaba la noche que mataron a Ana, eh?
- Rosa, piénsalo un segundo, por favor.
¿De verdad crees que Antón pudo matar a tu hija?
- [Rosa] Es aquí.
[música de intriga] [sollozando] Estaba aquí.
Te lo juro.
- [Carmela] ¿De quién es este galpón?
- Lleva cerrado un lote de tiempo.
Pregunta en la cofradía.
- Gracias, Silverio.
- La matrícula era dos, ocho, seis... No sé, no me acuerdo.
Pero estaba aquí.
- [Antón] Mi hija estaba con un tío casado.
- Aparece muerta y ese tío no dice nada.
Ni siquiera se presenta en el cuartel de la Guardia Civil para decir "yo estaba con ella".
Es lo que haría alguien decente.
- ¿Sospechas de alguien?
- Sí.
Pero no estoy seguro.
Quiero que me ayudes a encontrarlo.
- ¿No es mejor que la Guardia Civil se encargue de todo, Antón?
- Habla con tu hijo.
- Gael no sabe nada.
- Él era su amigo.
Seguro que sabe con quién andaba.
- Está bien.
Hablo con él si quedas más tranquilo.
Pero yo creo que es la teniente la que debería encargarse.
- ¿Puedo contar contigo?
¿Sí o no?
- Sí, sí.
- Vale.
- [Mónica] Si Ana tenía un lío con un tío casado, tenían que verse en algún sitio.
Comprobad todos los hoteles de la isla.
Y revisad las cámaras de tráfico.
- Solo hay tres.
- Bueno, pues esas tres.
Todos los movimientos de la última semana.
¿Sabemos algo de la huella?
- [Viqueira] Unas botas de agua.
- [Canedo] No hay pescador que no tenga unas como esas.
- [Mónica] ¿Y el chubasquero azul?
- [Viqueira] Pues lo mismo.
Hasta yo tengo uno en casa.
- De la mochila no sabemos nada.
- [Carmela] Tenemos algo más.
Antón mintió sobre la noche que mataron a Ana.
No estaba en casa.
Y, además, es posible que sí, que tenga una lancha.
Su mujer dice que la vio escondida en un galpón del puerto.
Que la matrícula tiene un dos, un ocho y un seis.
Eso es todo lo que sabe.
- Trae a Antón.
Hay que interrogarlo.
¿Qué tal?
¿Dónde estás?
- [Vega] Bien.
Aquí, haciendo fotos en el puerto.
- Vega, vuelve al hotel.
No quiero que andes sola por ahí.
- [Vega] Ay, que sí, mamá.
No seas pesada.
¿Tú qué tal estás?
- Bien.
Liada.
- [Vega] ¿Qué ha sido ese ruido?
¿Qué ha sido eso?
- ¿El qué?
- [Vega] ¿Estás fumando?
Joder, mamá.
- No.
- [Vega] Yo juro que te mato.
Es muy fuerte lo tuyo, te lo digo.
- Que no estoy fumando, Vega.
Estoy en el cuartel.
- [Vega] Vale.
Oye, ¿ha pasado algo?
- ¿Algo de qué?
- [Vega] No sé.
Está todo el mundo mirando sus teléfonos.
[música de intriga] - ¿Brais?
Brais.
¡Brais!
¡Brais!
¿Brais?
Brais.
¿Dónde está Brais?
- Lo llevé con mi madre.
- ¿Por qué no me dijiste nada?
- No sabía que te tenía que pedir permiso.
- Dicen que alguien vio al asesino.
- Lo acabo de ver, pero no dan ningún nombre.
- Voy a llamar al cuartel.
- Ayer me seguiste.
Tengo dos llamadas de Carmela.
Dime que no se lo contaste.
- ¿Qué no le conté qué, Antón?
¿Tus paseos nocturnos o la lancha que se supone que no tienes?
[timbre telefónico] - No me jodas, Rosa.
[timbre telefónico] - Carmela, dime.
Sí, estoy con él.
Vale.
Se lo digo.
Tienes que ir al cuartel.
- Espera.
La noche que la mataron tuve que salir y sí había una lancha.
- Antón está de camino.
- [Mónica] Lo han publicado.
- [Carmela] ¿Qué?
- Ocúpate tú.
- Mónica.
- Me da igual que seáis amigos.
Si Antón está relacionado con las muertes de Ferro y Ana, arréstalo.
Viqueira, conmigo.
Y averigua quién está filtrando información.
Este cuartel parece un colador.
[música de intriga] - [Cascudo] ¡Hey!
- ¿Qué cojones haces aquí?
Te acabas de cagar.
Mi padre te va a reventar.
- Me importa una mierda tu padre.
[quejido] Pírate.
Como vuelvas por aquí, te mato.
- Dicen que alguien vio al que mató a mi hija.
- Te preguntamos si tenías una lancha.
Dijiste que no.
¿Es correcto?
- Es correcto.
¿Quién vio al asesino de Ana?
- Ayer estuviste en el puerto.
Entraste en un galpón y dentro había una lancha.
- No sé de qué me hablas.
- [Carmela] Tenemos un testigo.
- Un testigo.
- [Carmela] Rosa.
Rosa, dile lo que viste, por favor.
- En realidad, no vi nada.
- Rosa.
- No sabía lo que decía.
Hoy enterramos a Ana.
No, no estoy bien.
- Me dijiste que viste a tu marido entrar en un galpón y dentro había una lancha.
- Pos me equivoqué.
- [Carmela] ¿A qué juegas, Rosa?
- Tenéis a alguien que vio cómo mataban a mi hija.
¿Sí o no?
- No.
Rosa, ¿viste esa lancha sí o no?
- No.
[música sentimental suave] - [Carmela] Rosa.
Así solo empeoras las cosas para tu marido.
- [Mónica] ¿Ves algo?
- [Viqueira] Se va a marchar.
- [Olaia] Mario, escucha.
Ya, Mario, escúchame un segundo.
Que es que yo no acabo el turno hasta las 08:30.
¿Y qué hago?
Vale.
Vale.
Y dime dónde.
¿Dónde quedamos?
Perfecto.
Dale.
Pues vamos a Punta Lobeira.
Un beso.
Te quiero, un beso.
Chao.
Chao.
- [Viqueira] Mi teniente, estamos muy cerca.
- [Mónica] Lo sé.
Lo hemos perdido.
[música de intriga] [notificación] - ¿Quién es ese?
- Requeixo.
Otro que tras baila.
También con antecedentes.
Era piloto de planeadoras.
- No pasa nada.
- [Cascudo] No me gusta que me siga.
- [Mónica] ¿De verdad crees que te puedes fiar de un asesino?
- Si me sigue acosando, llamo al abogado.
- Ese, ese tío, el tal Requeixo, ¿tiene lanchas?
- Sí.
- ¿Sabemos dónde?
- En Punta Lobeira.
- Hey, siéntate.
El timbre aún no sonó.
- [Olaia] A la mierda el timbre.
- Dijo que te sentases.
- Mira, Benita, me voy a pirar y no me vas a volver a ver.
Así que deja de [inaudible].
- Siéntate.
Rosa, ¿cómo estás?
- Aléjate de mi marido.
Antón me lo contó todo.
Eres un desgraciado.
Y prepárame el finiquito, que no voy a volver.
- Rosa.
Rosa.
¡Rosa!
Si crees que lo sabes todo por Antón, estás engañada.
¡Y si crees que puedes venir aquí a insultarme sin que pase nada, estás aún más equivocada!
¿Qué miran, joder?
- Recuerdo cuál fue el momento exacto en el que me di cuenta de que me había enamorado de ti.
Fue aquel día que me pillaste llorando por Roi y te sentaste conmigo.
Solo te sentaste sin, sin hacerme preguntas, ni decirme nada.
Solo dejando que llorase a tu lado.
[música sentimental suave] - [Alejandro] Lo de siempre.
¿Qué le pasa a esta gente?
¿Qué le pasa a esta gente?
- Es por lo que hicieron su hijo y los otros en la fiesta.
Cuando llamaron al Urco.
- Estás de coña.
- Ya sabe cómo son.
- ¡A ver, esta vuelta la pago yo!
Pedid lo que queráis.
- ¡No queremos!
[hablando portugués] - [hombre] Habla por ti, Coruxo.
[hablando portugués] - [Coruxo] Por criado como fue criado.
Tal palo... [hablando portugués] - [Viqueira] Deberíamos detenerle.
- [Mónica] Prefiero que salga de esta isla antes de que el Urco lo mate.
- ¿A qué espera?
- Supongo que a Olaia Ulloa.
- No.
No va a marchar con él.
- Hay hijos que funcionan por oposición, Viqueira.
Hacen cualquier cosa que cabrea a los padres.
Y no hay manera de evitarlo.
140P2 a 140F.
Mario Castro está a la espera.
Cambio.
- [Canedo] Recibido.
¿Necesita refuerzos?
- [Mónica] Por ahora no.
- Teniente.
- [Mónica] ¿Sí?
- El almacén donde Antón podía guardar su lancha.
- Hablé con la cofradía y ya sé quién es el dueño.
- [Mónica] ¿Quién es?
- Mateo Guitián.
- [Mónica] ¿Mateo Guitián?
¿Quién es ese?
- Un pescador que lleva seis años muerto.
- [Mónica] Que averigüen quién ha estado pagando ese almacén desde que murió el propietario.
- Recibido.
Va a ser una noche larga.
- Sí.
- [Viqueira] ¿En serio piensa que el asesino va a ir a por él?
- El asesinato de Ana fue impulsivo.
Intentó violarla.
No pudo y la mató.
Fue algo visceral.
Pero a Ferro lo mató porque necesitaba matarlo.
Había encontrado el móvil de Ana.
Y a Mario Castro lo hará por el mismo motivo.
No va a dejar un cabo suelto.
- ¿Y entonces qué?
¿Es un asesino impulsivo o calculador?
- [Olaia] ¿Qué haces aquí, mamá?
- Llevarte a casa.
- Sé ir solita, gracias.
- Olaia, no soy idiota.
Sé que quedaste con el camello.
Así que dame las llaves del coche y no lo hagas más difícil.
- Solo quedáis tu ma y tú en el hotel.
Ya se fue todo el mundo.
- Tienen miedo.
- Ya.
- ¿Tú no?
- No.
Estoy acojonado.
- ¿Echas de menos a Ana?
Mi madre lo va a encontrar antes de que mate a alguien más.
- Ojalá.
Ojalá lo encuentre y le meta seis tiros.
Por Ana.
Por mi abuelo.
[apertura de puerta] [música de intriga] - Estamos cerrando.
- Ya.
- ¿Qué pasa?
- Los Ulloa.
- Eso es lo que pasa.
- A ver, Coruxo, ¿cómo se te ocurre insultar a don Alejandro delante de todos, Dios?
- Yo solo dije lo que piensa todo el mundo.
- Pues debiste hacer lo que hace todo el mundo.
Cerrar la boca.
Ahora te la voy a tener que coser yo a hostias.
- ¡Pinche!
- Cuando quieras.
[hablando portugués] Arrastro.
¡Gael!
[música de suspenso] - "No me va a hacer nada".
Es lo que dijo Mario cuando le dije que el asesino iba a ir a buscarle.
Ha hecho un trato con él.
O eso cree.
- ¿Es él?
Lo siento, Olaia, pero sabes que tu padre y tu abuela no soportan a ese chico.
- Ya.
Mi padre y mi abuela que gobiernan tu vida y la mía como les da la gana.
- Mira, eso no es así.
- Sabes que sí, mamá.
[frenazo] - ¡Olaia!
¡Olaia!
- [Viqueira] Olaia tarda mucho en llegar.
¿Qué?
- Silencio.
- ¿Qué pasa?
- [Mónica] He visto a alguien.
Ahí, detrás de los árboles.
He visto cómo se movía.
[música de intriga] - Joder.
- [Mónica] ¡Alto!
[disparo] - No, no puede ser.
¿Dónde está la puta mochila?
¡Joder!
- [hombre] ¡No disparéis!
- [Mónica] ¡Arriba las manos!
- [hombre] No disparéis.
No dispare, por favor.
- Date la vuelta.
- [hombre] Yo no hice nada, lo juro.
- De rodillas.
Quítate la capucha.
- Me obligaron a venir.
- Es una trampa.
El Cascudo.
- [Olaia] ¡Mario!
Joder.
Joder.
- Llamada a los del marítimo.
- ¿Qué hiciste?
- La recuperé.
- ¡Tenías que seguir metiendo las narices!
- Pero, creía que la querías recuperar.
- No haces más que empeorar las cosas.
No quiero que hagas nada.
¡Nada sin consultármelo!
¿Está claro?
Está claro.
- Roi.
¿Qué pasó?
- No hay Dios que lo controle.
Está como atonta'o.
Hace las cosas sin pensar.
- Lo hace por ti, solo quiere impresionarte.
- [Alejandro] Ya.
¿Y Olaia?
- Bajó del coche y escapó.
- Hay que ir a buscarla.
- No, no, no.
- [Alejandro] ¿Cómo que no?
- ¿Por qué le estamos pagando a un abogado a Mario?
- Eso es cosa mía, Mara.
- Así que no queréis que Olaia se vea con él y le ayudas a salir de la cárcel.
- Eso es cosa mía, Mara.
Vamos a buscar a Olaia.
- No, Olaia ya estará afuera de la isla.
Quiero saber qué está pasando.
- Eso no es de tu incumbencia.
- Como quieras.
[música de intriga] - Carmela, del puesto de mando de Néboa.
Vale.
Mario Castro va camino del continente.
Avisa a los del puerto y que vigilen también las playas cercanas.
Roque, ¿qué pasa?
- Carmela... Ven, vamos.
- No sé quién es, pero... Tiene el video que me envió Ana.
Dijo que si no quería que se hiciese pública mi, mi relación con ella, que tenía que poner un chubasquero, coger una máscara de, de Urco y, e ir al embarcadero de Punta Lobeira.
- Así que el video de Ana era para ti.
¿Cuánto tiempo hace que tenías una relación con ella?
- Seis meses, siete meses.
- Tenía 17 años, Roque.
- Yo no maté a Ana.
No la maté.
No maté a Ana, ni maté a Ferro.
- [Mónica] Vas a tener que responder a muchas preguntas.
- ¿Estoy detenido?
- Por ahora no.
Pero no saldrás de la isla.
[música de intriga] - [Alejandro] Lo tengo.
No, no importa cómo.
Lo tengo.
Pero todavía hay un problema.
Hay alguien más que lo sabe.
- ¿Así que no vamos a trabajar para los Ulloa?
- No.
- ¿Y qué vamos a hacer?
- No lo sé.
- Aquí no queda otra que estar con ellos.
¿A quién le vamos a pedir trabajo?
[timbre telefónico] - No lo sé, Antón.
Y me da igual.
- ¿Sí?
- Brais, come.
- Dime.
¿Para qué?
¿Qué dijiste?
- Que era él el que estaba aliado con tu hija.
Estoy seguro.
Era él.
Antón...
Lo siento mucho, de verdad.
- [Rosa] ¿Quién era?
Antón, ¿qué pasa?
- Nada, no pasa nada.
Tengo que salir un momento.
- [Rosa] ¿A dónde?
- No hagas nada hasta que yo vuelva.
[música de intriga] [timbre] - Hola, Antón.
Carmela y Roque no están en casa.
- Ya.
Me llamó Roque.
Me pidió que me encargue del Cholo.
Van a volver tarde.
- Pero a mí aún me queda algo más de una hora.
Yo me encargo de todo.
- Seguro, ¿sí?
- Claro, vete para casa.
- Y mire, las medicinas de Cholo, sabes... - Me lo dijo Roque.
Sé dónde está todo.
- Pues, ah, buenas noches, ¿eh?
Buenas noches.
[música de intriga] - [Mónica] Gonzalo, ¿qué haces?
- Corriendo, como siempre.
¿Tú?
- Han matado a Mario Castro.
- Joder.
Esta es mi casa, si quieres tomamos un café y charlamos.
- Aún tengo que esperar a que llegue el forense.
Gracias.
- Hay algo en la isla que hace que la gente pierda la cabeza.
Unos dicen que es por la niebla y otros, porque pasamos demasiado tiempo aislados.
[timbre telefónico] Vega.
¿Vas a contarme qué te pasa sí o no?
- Tienes suficiente con lo tuyo.
- Venga.
Cuéntamelo.
- Emilio, el chico del que te hablé.
- ¿Hmm?
- No se tomó muy bien que lo dejara.
- ¿Y?
- Nada, da igual.
- No, no da igual.
Dime.
- Empezó a acosarme y a perseguirme.
Por eso me vine con mi madre.
Pensamos que estando lejos de él me dejaría en paz, pero... - ¿Es él?
Tranquila.
- Gracias.
[música sentimental suave] - ¿Te molesta que fume?
- [Gonzalo] Estás en tu casa.
Toma.
- Lo estoy dejando.
- Y harías muy bien.
[Gonzalo exhala] - ¿Estás bien?
- Sí, sí.
Un poco asfixiado nada más.
Ya no tengo 20 años y que no me quito de la cabeza a Cascudo, joder.
- No quiero hablar de eso.
Ya no me extraña.
Si quieres hablamos de otra cosa.
- No sé.
Podemos no hablar de nada.
- Estuve leyendo cosas sobre ti.
- ¿En internet?
¿Qué quieres saber?
- ¿Fuiste tú quien colocó pruebas falsas en Sanabria?
- Sí, fui yo.
- ¿Quién lo sabe?
- Ahora tú y yo.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Dos niñas muertas.
Sabía quién era el asesino.
E iba a quedar en libertad.
- ¿Te arrepientes?
- Me arrepiento de no haberlo hecho lo bastante bien como para que no se dieran cuenta.
- ¿Por qué?
¿Qué pasó con el asesino?
- Está en libertad.
Pero no me va a volver a pasar.
[música de intriga] - [Gonzalo] No regala milagros.
Pero ayuda a encontrar soluciones.
[ladridos] [disparo] - [Mónica] Matan a dos personas, hay un testigo.
Tu padre le paga un abogado para que salga de la cárcel, ¿y tú le ayudas a escapar?
Es como si nadie quisiera que contara lo que vio.
- [Alejandro] Dime que no van a encontrar nada.
- [Antón] Estaba todo en orden.
- [Alejandro] ¿Seguro?
Toma, lo tuyo.
- [Mónica] ¿Por qué dice que no recuerda nada?
No lo entiendo.
No la veo encubriendo al asesino de su hija.
Aunque sea su marido.
Antón vuelve a estar entre los sospechosos.
- [Carmen] Se estaba acostando con una niña.
Cómo no me di cuenta.
- Lo que van a decir de nosotros cuando se enteren.
- Los mensajes que usaron para chantajear a Roque salieron de una IP de la casa de los Ulloa.
- Habla con tu mujer.
Dile que se esté calladita.
- [Mónica] Apareció esta mañana.
Creemos que la dejaron a la deriva.
- [Carmen] Dos, ocho, seis.
Son los números que vio Rosa en la lancha de Antón.
- [Antón] Tengo que saber si fue él.
- [Rosa] Vale.
¿Por qué detuvieron a tu marido?
- No te puedo dar detalles, tú lo sabes.
- ¿No puedes?
¿En serio?
¿Matan a mi hija y tú no me puedes dar detalles?
- [Mónica] ¿En qué habíamos quedado?
- [Vega] Mamá, no pasa nada.
Emilio, si así te quedas más tranquilo, te perdono.
[jadeos]
Support for PBS provided by: