Locutor: El siguiente programa contiene entrevistas con más de 20 jóvenes hablando acerca de experiencias íntimas con desafíos a la salud mental.
Algunos relatos pueden ser perturbadores.
Se recomienda discreción al televidente.
Locutor: "Lo que me mantuvo cuerda "fue saber que las cosas cambiarían "y que era cuestión de aguantar hasta que eso pasara".
Nina Simone.
♪ Pete: Mi esposa encontró un psiquiatra dispuesto a atendernos.
El doctor, y lo dijo con buenas intenciones, dijo: miren, seré honesto con ustedes, su hijo tiene una enfermedad incurable; nunca va a mejorar.
Tendrá que tomar medicamentos que lo harán subir 30, 40, 50 libras.
Estará en riesgo de tener diabetes.
Es poco probable que pueda conservar un empleo, que se case, que tenga hijos y tiene altas posibilidades de tener un encuentro con la Policía y ser arrestado.
Puede ser que viva en la calle.
Son cosas graves.
Ah, por cierto, las personas con alguna enfermedad mental mueren 15 años antes que el resto de nosotros.
Recuerdo que estaba devastado.
Nos fuimos y estaba hablando con Kevin, cuando le dije esas cosas, me dijo: papá, ese tipo está loco.
Locutor: OCULTO A PLENA VISTA, SALUD MENTAL EN JÓVENES.
Billie: Es extraño mirar atrás y pensar en que en este punto realmente nada me importaba.
No me importaba si me despertaba.
Morgan: En ese momento en el que nada más me importaba y me lancé frente a un auto en movimiento.
No sentí nada.
Ava: De hecho, estaba superasustada.
Bajé por las escaleras llorando, le dije a mi mamá lo que había hecho y ella me llevó al hospital.
Yaadieah: Todavía me esperaba ese futuro que había planeado.
Había planeado suicidarme y, al mismo tiempo, hacía planes para ir a cine con mis amigos.
Maclayn: Le pregunté a mis padres que qué pasaría si yo no estuviera aquí.
Creo que eso los dejó muy preocupados.
Leah: Mi mamá tenía una adicción y yo la odiaba, a pesar de que estaba emulando su comportamiento al mismo tiempo.
Sarah Y: Tocar fondo es distinto para todas las personas.
Es el poder identificar ese momento o ese instante en el que lo que más les importaba se vio más amenazado.
Para algunas personas puede ser la relación con sus padres, sus calificaciones, su identidad deportiva; puede ser su vida.
Algunos terminan quedándose en ese fondo por mucho tiempo y algunos nunca salen de ahí.
Mujer 1: La salud mental nos compete a todos... Hombre 1: Uno de cada seis jóvenes tiene trastornos de salud mental cada año... Mujer 2: Unos 8 millones de adultos en Estados Unidos tuvieron problemas de salud mental... Hombre 2: El 51% de los estadounidenses creen que hay un estigma muy grande contra la gente... Hombre 3: La tasa de suicidios entre adolescentes de 10 a 14 años casi que se ha triplicado en la última década... Samantha: Yo de verdad quiero vivir y me estoy esforzando, y quiero tener una buena vida, quizás uno o dos hijos; no la típica cerca blanca, pero un lugar habitable, no esto.
Eso es lo que quiero.
Quiero las cosas normales, mundanas y promedio, tal vez viajar a Myrtle Beach cada verano.
¿Sabes?, no me importa, estoy harta de este desastre loco, caótico y de altibajos.
Narrador: Una crisis de salud mental se puede presentar de repente o desarrollarse con el tiempo.
Se puede desencadenar por la crianza o la naturaleza, por alguna experiencia, los genes o ambas cosas.
A menudo se presenta antes de los 25 años y puede sucederle a cualquiera: una mujer joven que se automedica y se comporta de forma imprudente, una adolescente que, a pesar de una infancia feliz, se vuele adicta, una indígena americana que se siente tan aislada que contempla el suicidio.
Un estudiante de arte que cae en episodios delirantes; una estudiante de preparatoria cuyas alucinaciones de la infancia se intensifican después de una serie de ataques; un niño asolado por pensamientos intrusivos que se retrae a su propio mundo; un adolescente transgénero que atraviesa periodos de profunda tristeza y abuso de sustancias.
Y un chico normal y saludable que de repente experimenta lo que sus amigos llaman un infarto emocional.
Pete: Y entonces la realidad te golpea y es tu hijo.
Es tu hijo el que oye voces.
Es tu hijo el que grita y es tu hijo el que llora.
Y, de repente, estás en una posición en la que tienes que enfrentarlo y es como la diferencia entre, bueno, ver una película de guerra o de Vietnam y estar en la jungla mientras alguien te dispara.
Narrador: Cada año, millones de niños dejan la escuela, viven en las calles o terminan en prisión porque no recibieron la ayuda que necesitaban.
La ayuda está disponible: de uno de los padres, el médico de la familia, el consejero de la escuela, incluso, un gran amigo.
Para muchos que han sufrido en silencio, pedir ayuda puede ser el paso más intimidante de todos.
Pero el alivio puede ser tan indescriptible como lo fue el dolor alguna vez.
Justin: Es la tormenta perfecta.
Es este poderoso huracán que se intensifica.
Se intensifica, pero bueno... cuando pasa la tormenta, vienen los días soleados más hermosos que hayas visto.
Oyes a las primeras aves piar, miras para arriba y ves el sol asomándose por entre las nubes.
Todo el mundo sale de su casa con cautela para ver qué está pasando.
Tienes energía, tienes hambre... Veo el lado positivo y es algo muy hermoso.
Yanerry: Estuve deprimida un año que se convirtió en dos y luego se convirtieron en tres y con el tiempo fueron siete.
En cierto modo sentía que Dios me estaba castigando, pero después de un tiempo, me di cuenta de que era algo que no solo yo tenía, sino que otras personas también, ¿sabes?
Si bien para algunos es como una locura, para ustedes lo es, pero para mí es normal.
Yo no estoy loca.
Locutor: EPISODIO 2 RESILIENCIA.
♪ Gabe: Llegué a vivir aquí cuando tenía... 2 años o año y medio.
No recuerdo nada de antes... de eso, pero, amm... voy a pensar, amm... en este momento no puedo pensar.
Darla: Ahí está tu hermano, Gabe.
Hola, Gabe.
Darla: Gabe y Sasha tuvieron una vida muy difícil, de verdad que sí.
Es como que, bueno, empieza desde que son muy pequeños.
Incluso en el útero el bebé se ve afectado y si hay mucha violencia doméstica y cosas así, la madre lo padece y eso afecta al bebé.
Gabe: Cuando estoy enojado por fuera, estoy enojado por dentro.
Los maestros me dicen: ¿qué sucede contigo?
Y entonces empiezo a derrumbarme, como que no quiero hablar de eso.
Darla: Dile a mamá a dónde vamos.
Estaba trabajando con los niños, tenían algunos retrasos en el desarrollo, por lo que me habían presentado a la familia y estaba trabajando con Gabe, pero no sabía que pronto los tendríamos bajo nuestro cuidado temporal y que terminaríamos adoptándolos.
Gabe: Cuando me enfadaba, sobre todo... sobre todo gritaba y daba portazos, hacía que las fotos se cayeran de la pared.
Ray: Le daba una ira que, para él, era como una experiencia fuera del cuerpo.
Gabe: Yo... Sí, yo les lanzaba cosas, les pegaba.
Darla: Les pegaba mucho a los otros niños, a Sasha también.
Ray: Tenía que sujetarlo muy fuerte.
Entonces salía de esa confusión y se portaba normal.
Uno cree que con amor puede quitarles eso, que los puede curar.
No es cierto.
Joe: Sentía que, como padre, debía arreglarlo todo.
Como que yo tengo que solucionar todo ¿porque qué va a pasar si no lo hago?
Kee Dunning: Los padres hacen lo mejor que pueden, pero a veces simplemente no saben cómo.
Cuando unos padres me traen un niño, por lo general dicen que quieren que arregle a su hijo.
Les digo: ¿cómo saben que su hijo está roto?
Mary: No teníamos idea de lo que debíamos hacer.
Lo llevamos a emergencias y fue terrible.
Tan solo el decir las palabras a la gente de la recepción, sabes, estamos aquí con Maclayn que está teniendo pensamientos de acabar con su vida.
Le quitaron toda la ropa y le pusieron un enterizo para que no pudiera hacerse daño, y así pasaron horas y horas.
Sarah Y: Generalmente, las salas de emergencia no están capacitadas para lidiar con problemas de salud mental, pero uno no tiene a dónde más ir.
Uno está tratando de moverse en un sistema que no es un sistema y que no está financiado ni configurado de modo que ofrezca un acceso fácil y así lograr que reciban ayuda.
Maclayn: Fue duro y también fue incómodo para mí hablar de esas cosas.
Joe: Nos rogó quería ir a casa.
Mary: Sí.
Joe: En ese momento, estar ahí en ese entorno lo aterraba mucho.
Nosotros también lo estábamos.
Mary: ¿Lo van a trasladar al centro psiquiátrico?
¿Nos van a enviar a casa?
Y si se lo llevan allá... ¿cómo es eso?
Joe: No podíamos quedarnos.
Mary: Tenía 9 años y no podíamos.
Joe: El médico de guardia llegó y le dijo a Maclayn: si tienes planeado hacerte daño de cualquier forma, tenemos que dejarte aquí en observación para que no lo hagas.
Creo que ahí fue cuando comprendió lo que pasaba, ahí se volvió un niño de 9 años y dijo: Dios mío, no puedo quedarme sin mi mamá y mi papá.
Mary: Lo llevamos a casa y nos dijeron: escondan los cuchillos, vigílenlo de cerca.
Creo que no dormimos durante meses.
♪ [música] ♪ Amethys: Creo que el que te dejen sola con tus pensamientos después de un episodio maniaco puede ser muy dañino.
Entre todo el caos que estaba viviendo y todas las emociones que se repetían tan rápido, no quería aceptar que en realidad era algo que yo no podía controlar.
Entonces terminaba culpándome a mí misma.
Me sentía tan perdida.
Pero cuando acepté que, bueno, supongo que soy bipolar, está bien, también me di cuenta de que no estaba sola.
Hay personas que viven por mí y tengo a todos mis amigos y a mi familia por quienes yo vivo y puedo hacer la diferencia en la vida de otros.
David Draiman: ¿Me das permiso de leer esto?
Amethys: Entonces sí, tengo una razón para luchar.
David Draiman: "Cuando tenía 18 años, "intenté quitarme la vida.
"Nunca creí que mis problemas "fueran una prioridad, así que nunca dije nada.
"Sufría en silencio "y sentía que me estaba quedando sin opciones "hasta que un día entendí... "que algún día me levantaría "de entre las cenizas de mi depresión "y lucharía contra ella.
"Y estoy eternamente honrada, "agradecida y bendecida de haber podido superar mis demonios".
Sarah Y: Cuando tocas fondo, tienes una epifanía.
Puedes corregir el curso y tomar un camino completamente distinto en tu vida.
Las personas que logran dar ese giro deben llegar a... comprender que lo hacen porque tienen un problema, pero la enfermedad misma puede hacer que para ustedes sea difícil verlo.
Locutor: Aceptación, reconocer algo sobre uno mismo o los demás sin juzgarlo.
Billie: Había un par de aspectos sobre los que me analizaba y pensaba: bueno, tengo que mejorar, pero igual no hacía nada para mejorar.
Me convencía a mí misma que no tenía una enfermedad mental, que solo estaba pensando demasiado en todo y que era tonto.
Lydia: Es como que gritas por ayuda, gritas que te pongan cuidado, pero no puedes decir directamente: necesito ayuda.
Kevin: Durante cinco años me negué a creer que tenía una enfermedad mental.
Es como los terraplanistas que no quieren creer que la Tierra es redonda.
Pete: La percepción significa que comprendes que, quizás, tienes una enfermedad mental o que no piensas con claridad.
Es difícil convencer a alguien que no tiene percepción de que tiene una enfermedad mental.
Por eso tenemos que intervenir.
Alexis: La verdad no tuve a quién acudir después de mi intento de suicidio, intenté hablar del tema y mi familia trató, pero mi mamá estaba tan preocupada, tan asustada y confundida que me decía: ¿qué es lo que te pasa, por qué querrías hacer eso?
yo le decía: ¿iba a suicidarme y tú me dices que qué estoy haciendo?
Fue algo muy difícil.
Yaadieah: Siempre que llamaba a mi mamá, ella se preocupaba.
Me sentía mal de hacer que se preocupara tanto.
Simplemente no sabía qué más hacer.
Leah: Mi papá sabía que yo usaba drogas duras.
Ahora mi papá sabía que me estaba cortando, pero no podía hablar de eso con mi papá porque él estaba muy ocupado y cansado, y no tenía tiempo para mí.
Morgan: Cuando sientes que no puedes acudir a tus amigos o a tus padres, porque sí, a esa edad cómo puedes admitir que estás pensando en el suicidio, no te quieres ver aquí pasado mañana, que quieres cortarte.
Cómo puedes decir eso en voz alta y no sentir que te van... a juzgar o te van a encerrar, que te van a meter en un contenedor de locos, Kee Dunning: Esa es quizás la principal razón por la que no van con un terapeuta o no hablan con sus padres o con sus pediatras o no le dicen a nadie en su vida.
Sarah Y: Es posible que, en cierto modo, piensen que una situación no tiene remedio, como que nunca va a cambiar, pero hablar con alguien, aunque no resuelva todos los problemas que están enfrentando, puede darte la oportunidad de tener otra perspectiva que no esté moldeada por la enfermedad que te está afectando.
Leah: Tal vez si hubiera tenido a alguien que, bueno, cuyo trabajo fuera preocuparse y escuchar, puede ser que las cosas hubieran sido distintas.
Ricky Davidson: Uno de nuestros errores es esperar a que digan de frente: hola, necesito ayuda, en lugar de los detalles sutiles con los que, de hecho, piden ayuda.
♪ Samantha: Cuando empecé a deprimirme de verdad, era como que no me sentía bien, no me sentía como yo.
Entonces le escribí una nota a mi mamá y la firmé con mi nombre, ¿sabes?
Y la escondí bajo su almohada.
Ella lo manejó muy bien, pero en realidad no sabía qué hacer, no sabía qué hacer después de eso.
Joe: Para nosotros como padres, ¿qué debemos hacer cuando no sabemos qué hacer?
Lo googleas.
Comenzamos a googlear un montón de cosas y fue horrible.
Mary: Terrible.
Erick: Y todavía no comprendemos del todo cómo ayudar con esto.
Había tantos patrones cuando pensábamos que estábamos ayudando.
Y lo que en verdad hacíamos era quitarle su poder.
Cada vez que yo resuelvo algo por ella, ella no tiene que hacerlo.
Lydia: Cuando tomaba pastillas, después sentía mucha vergüenza, sin duda.
Llegué a un punto en el que era evidente que me automedicaba, pero no podía admitirlo.
Entonces me acostaba todo el día porque estaba muy deprimida y enojada.
!¡Tan enojada!
Alexis: Creo que lo más importante es reconocer ante ti que últimamente te ha costado mucho, mucho trabajo lidiar con tus emociones.
Una vez que lo reconoces, comienzas a hacer lo necesario para volver a sentirte bien.
Lydia: Una vez que comencé a observarme bien, la forma excesiva en la que hacía todas esas cosas no era normal.
No es que esto... no es lindo ser como tomar pastillas todo el día y tener tantas sobredosis.
Makalynn: Usaba drogas para lidiar con los síntomas y los pensamientos suicidas.
Llegaban de repente y las drogas ya no me servían, así que... necesitaba, necesitaba salir de eso, pero no sabía cómo parar.
Patrick: Lo bueno de tocar fondo es que te das cuenta de que ese juego ya no te funciona y si alguien que está ahí también se da cuenta y te acompaña... eso es algo muy poderoso.
Porque ya no estás solo, sabes que esa persona sabe y eso se llama intimidad.
Makalynn: Tenía 16 años.
Mi mamá me envió un mensaje que decía: "Makalynn, sé que hay algo que no está bien, solo tienes que decirme, para buscar ayuda".
Yo le escribí: "Mamá, me estoy drogando y no sé qué hacer al respecto".
Cuesta mucho llegar a ese punto.
Lidié con eso cinco años tratando de solucionarlo, tratando de darle sentido.
Thomas Insiel: La demora en pedir ayuda es impactante.
Resulta que la demora en la depresión, en el trastorno bipolar, es de años.
No son semanas ni meses.
Y por lo general esto se debe a que las personas no entienden que el tratamiento puede ser tan eficaz, que los tratamientos funcionan, por lo que intentan luchar por su cuenta.
Walter Thompson: Cuando las personas me dicen que no tienen un problema, comienzo con una sonrisa y les digo: lo sé, todos hemos estado ahí.
Lo sé.
Tengo que lograr iniciar una conversación, entonces hablo de mí.
Acto seguido, estamos hablando los dos.
Luego, comenzamos a comparar y entonces dicen: creo que sí tengo un problema.
Sí, puede ser, creo que tenemos un problema juntos.
Ahí es donde empezamos a trabajar con ellos para que sepan que es posible ayudarlos.
Samantha: Le decía a mi mamá que quería ir a un terapeuta, entonces tenía que buscar un terapeuta y luego uno que aceptara mi seguro médico.
Mary: Nos dijeron que, si íbamos a emergencias, podríamos tener una cita con el psiquiatra muy rápido, pero nos tomó cuatro meses.
Pete: Llamábamos a médicos, a enfermeras, tratando de encontrar a alguien que nos dijera qué hacer.
Thomas Insiel: Tenemos problemas de acceso, la calidad de la atención no es la que debería, el costo es infranqueable.
Es que hay toda una variedad de dificultades.
La mayoría de las personas que se benefician de la atención en salud mental no están en el sistema de salud que tenemos.
No creo que lo mismo pudiera pasar con el cáncer, las enfermedades coronarias, la artritis o el asma.
Pete: Se imaginan tener un infarto y que les dijeran: bueno, tenemos que esperar a que estés un poco más enfermo.
No tenemos un sistema que identifique los problemas de las personas al inicio y tampoco facilitamos que las personas puedan entrar al sistema de atención en salud mental.
Mujer 3: "Él comenzó a hacer preguntas.
"¿Hablaba más rápido de lo normal?
"¿Tenía problemas para concentrarme?
"¿Había tenido visiones o escuchado sonidos "o voces que quizás otras personas "no oían o veían?
"Estaba en medio de un examen "e historial psiquiátrico muy minucioso.
"Conocía las preguntas, "se las había preguntado a otros cientos de veces.
"Tener que dar esas respuestas ahora me parecía algo perturbador".
Doctora Kay Jamison, psicóloga.
Autora de An Unquiet Mind.
Locutor: Diagnóstico, identificación de una enfermedad según estándares médicos aceptados.
Xavier: Me hicieron una prueba muy extraña.
Tenía que responder cómo me sentía sobre ciertas cosas.
Me diagnosticaron con depresión.
Oh, sí, gracioso.
Además, cuando se dieron cuenta de que era hiperactivo, es patético, no lo soy.
Lo digo mientras juego con esto.
¿esto ya lo viví?
Patrick: La única forma de saber si alguien tiene una enfermedad es: ¿sus capacidades se ven afectadas por esa enfermedad?
Lucas: Ah, sí, claro, la ansiedad tuvo mucho que ver mucho en que mis calificaciones bajaran.
Patrick: ¿Tiene alguna discapacidad?
Samantha: Me duele físicamente.
Se siente muy real.
Patrick: ¿Eso les impide hacer lo que quisieran hacer?
Morgan: Iba a la escuela y odiaba mi vida en la escuela, entonces salía de la escuela y odiaba mi vida en casa.
Patrick: ¿Está haciendo cosas que le gustaría no haber hecho?
Lydia: Me sentía mal porque estaba robando los medicamentos de mi papá, los de mis amigos, no estaba siendo una buena amiga.
Patrick: Esas son preguntas que, francamente, las personas pueden responder por sí mismas del mismo modo en que un psiquiatra o un médico podría responderlas por ellos.
Sarah Y: Se llega a un diagnóstico después de hacer muchas preguntas, de hacer muchas observaciones, de ganarte la confianza de las personas con el tiempo y, también tener presente el hecho de que el primer diagnóstico que consideraste está mal, y que este es un proceso de evaluación continuo.
♪ Narrador: Las enfermedades mentales son tan antiguas como la civilización misma y a los seres humanos siempre les ha costado hallar formas de comprenderlas y explicarlas.
Hace casi dos mil años, un físico griego llamado Rufo de Éfeso identificó diferentes formas de melancolía con base en síntomas, como deseo de aislarse, cambios de humor y trastornos alimenticios.
En el Bhagavad Gita, el libro sagrado del hinduismo, se describe la mente humana literalmente como un campo de batalla.
En 1621, el filósofo británico Robert Burton publicó La anatomía de la melancolía, un libro de mil páginas en el que identificó los síntomas de la depresión, la manía y la fobia.
En 1952, en un intento por categorizar y clasificar las enfermedades mentales, la Asociación Americana de Psiquiatría publicó un glosario oficial de trastornos mentales de uso clínico llamado Manual Diagnóstico y Estadístico.
Esa primera edición tenía más de cien diagnósticos.
El manual actual tiene cientos de diagnósticos más.
Amethys: Una de las primeras cosas que hizo mi mamá fue hacer que me diagnosticaran bien, como bipolar.
Mi hermano también es bipolar.
Samantha: Mi mamá en un punto creía que yo era bipolar, porque sabía que mi primo lo era.
Justin: Tuve un tío que tenía esquizofrenia.
Crecí oyendo historias sobre él.
Yanerry: Mantuve mis alucinaciones en secreto durante diez años.
A la primera persona que le dije fue a un doctor porque sentí que un doctor realmente entendería mis síntomas, a diferencia de mi familia y amigos.
Me dijo: eres una esquizofrénica altamente funcional.
Y que tenía eso por algo genético, y que yo no era la única que sufría de eso.
Así que, por fin hablé con mi hermana del tema y ella me dijo: oye, a mí me pasa lo mismo, yo también veo sombras.
También supe que algunos primos y que una tía tenían esquizofrenia.
Sarah Y: Sobre la naturaleza versus la crianza, lo que hemos concluido es que no es una cosa o la otra, son ambas y... lo que te sucede en tus primeros años de desarrollo va a interactuar con aquellas vulnerabilidades que puedas tener de nacimiento.
Angel: Hace poco mi psiquiatra me diagnosticó con TEPT por mis experiencias del pasado.
Samantha: Me diagnosticaron con agorafobia, ansiedad social severa, trastorno de ansiedad generalizada y depresión.
Billie: Parte de mí creía que podía estar relacionado con que soy trans y que no me sentía cómoda en mi cuerpo, pero, me diagnosticaron con anorexia nerviosa, ansiedad y depresión.
Lydia: Mi primer psiquiatra solo me diagnosticó con depresión.
No me sirvió para comprender por mí misma por qué bebía y me drogaba compulsivamente, y por qué no podía controlarme frente a ciertas cosas.
Kevin: Bipolar es una etiqueta que me pusieron.
Los psiquiatras dijeron esquizoafectivo, algunos dijeron bipolar, otros dijeron depresión severa.
Ava: Me diagnosticaron con depresión y entonces hace un mes me dijeron que puede ser que tenga una enfermedad bipolar o algo así, así que, no sé muy bien qué es lo que tengo.
Kee Dunning: Con el tiempo, aprenderé sobre ti.
Solo nos hemos visto durante 60, 90 minutos, por eso debemos trabajar juntos para que pueda darte un diagnóstico acertado.
Sarah Y: Una de las cosas que ahora sabemos que hace que los médicos diagnostiquen mal es cuando llegan a conclusiones prematuras de lo que tiene el paciente tiene.
Julie: Cuando tenía 13 años, dijeron que era depresión.
Eso me asustó mucho, mucho.
Me asusté mucho, pero, al mismo tiempo, fue un alivio también.
Samantha: Te sientes muy confundido, te sientes muy perdido y no estás seguro de lo que estás mal, pero cuando te dan una respuesta la verdad es muy reconfortante.
Makalynn: Cuando tenía como 17 años, el médico me dijo: tienes trastorno bipolar.
Mientras describía los síntomas, yo estaba: bueno, eso me pasa, eso también me pasa, eso también me pasa, sí soy yo.
No es un alivio saber que es algo con lo que tendrás que lidiar por el resto de tu vida, pero es un alivio por fin saber lo que te sucede.
Thomas Insiel: Algunas personas sienten un poco de consuelo cuando por fin pueden ponerle un nombre.
Pueden decir que es depresión.
Pueden decir que es TEPT.
Creo que es valioso tener esas etiquetas, pero también existe el riesgo de creer que esas etiquetas explican algo.
Alguien me dijo una vez que, si me dices que alguien tiene esquizofrenia, me dijiste el 5% de lo que me gustaría saber de esa persona.
Makalynn: Es como que te redujeran a nada, pero bueno, esas dos palabras: trastorno bipolar y que la gente no entienda que soy toda una persona y a veces tengo síntomas de esa enfermedad mental.
Kee Dunning: Algunas personas no quieren que las etiqueten, a mí tampoco me gustan las etiquetas, pero en nuestro actual sistema de salud, necesito darle un nombre de alguna forma, para que la compañía de seguros me lo pueda pagar.
Sarah Y: Los diagnósticos ayudan, pero es importante destacar que no son la visión completa.
Las personas tienen experiencias diferentes.
Puede ser que tengan el mismo diagnóstico, pero tratamientos muy distintos, medicamentos muy distintos y a partir de eso uno avanza en otra dirección.
Narrador: Medicamento, sustancia prescrita por un profesional para tratar enfermedades.
Hombre 4: En esta lucha dramática por preservar y proteger la salud del país, la medicina moderna recluta el apoyo de los medicamentos, armas medicinales para combatir a los grandes enemigos del ser humano... Samantha: Los medicamentos, te sirven para controlarte.
No es que curen todo.
Hombre 4: Solo deben usarse bajo supervisión médica.
Samantha: Los medicamentos son un recurso y una herramienta para manejar mejor tu salud mental.
Hombre 4: Todos los días, los titulares mencionan sus resultados.
Las vidas que han salvado los nuevos medicamentos, estos avances... Amethys: En las personas bipolares como yo, la química de nuestros cerebros es diferente por naturaleza.
Necesitamos medicamentos porque es mucho más intenso que una simple rabia hormonal.
Thomas Insiel: Tenemos muchos medicamentos de dónde escoger.
Creo que hay unos 30 medicamentos para la depresión, quizás unos 20 para psicosis.
Hay unos siete u ocho medicamentos para estabilizar el estado de ánimo para el trastorno bipolar.
Quizás cuatro, cinco o seis medicamentos para el déficit de atención con hiperactividad.
Es un catálogo bastante grande, muchos medicamentos de dónde escoger.
Maclayn: Tomo medicamentos que son para la ansiedad, creo y siento que me ayudan mucho.
Leah: Probemos con Zoloft.
Con eso me gané la lotería, esas pastillas me ayudaron muchísimo.
Lucas: Nunca he tomado nada, pero siento que me impuse a mí mismo ese estigma de tomar medicamentos.
¿Ya te tomaste tus pastillas de hoy?
Como dicen los chicos.
Kee Dunning: No significa que estás mal, solo significa que tu cerebro necesita un poco de ayuda a veces, y eso está bien.
Thomas Insiel: Son poderosas, a veces salvan vidas y también hay muchas personas a quienes parecen no servirles.
No entendemos del todo por qué sucede eso y nos toca hacerlo de una forma empírica.
Prueba y error.
Anna: Tomo medicamentos para la ansiedad y la depresión.
Tomo Lexapro y... desde que empecé a tomarla me siento genial.
Lydia: El Lexapro no me sirvió, seguía igual de deprimida, estancada y sin esperanza.
Billie: Cymbalta es la que hace que mi ánimo mejore y la que me da energía, pero todavía me dan ataques de pánico.
Ava: Estoy tomando medicamentos para la depresión y la verdad no sé si me están ayudando o no.
Gabe: Por alguna razón, por la noche no me sirven para nada.
A menudo me quedo sentado toda la noche y como que... zapateo, es todo lo que hago.
Morgan: Me recetaron un antidepresivo, que la verdad creo hizo empeorar las cosas un poco.
Gabe: Esa pastilla de la mañana, me siento ahí y empiezo como... ♪ Todo el mundo me molestaba cuando me tomaba esa pastilla en la escuela.
Ray: El psiquiatra decía: bueno, probemos con esta, esta y esta, veamos qué pasa durante un par de semanas.
Si no funcionan, me dicen.
Samantha: Intentemos con otra y tiene que combinar con los medicamentos que ya estás tomando, es complicado.
Ray: Dependía de nosotros determinar si estaban funcionando.
Thomas Insiel: Son trastornos complicados.
Ninguno de los medicamentos que tenemos son curativos.
Ninguno se ajusta perfectamente al problema en cuestión.
Todos tienen efectos secundarios.
Samantha: Les dije a mis médicos que me estaba haciendo sentir suicida, me dijeron: tienes que esperar.
En cualquier momento pude haberme suicidado y nadie habría sabido.
Cuando dejé de tomarlas, dejé de sentirme suicida.
Kee Dunning: Puede ser que tengamos que probar con otra o con otra, por lo que hacer que las personas sigan intentando, se mantengan optimistas, se mantengan enfocadas en el resultado o en algo que en un comienzo les generaba sentimientos encontrados, es todo un reto.
Makalynn: Había probado 11 medicamentos distintos en un año y medio y eso estaba causando estragos en todos los aspectos de mi vida.
Llegó el punto en el que dije: sin medicamentos, pero comencé a drogarme otra vez.
Así que ahora sé que eso no es una opción.
No, necesito estar medicada.
Dios, decir eso... necesito estar medicada.
Yo, yo, yo sé que necesito medicamentos.
Nací con un desequilibrio químico.
Tomamos antibióticos para la gripe o la amigdalitis, yo tengo que tomar medicamentos antipsicóticos porque eso es lo que me ayuda.
Sarah Y: Hacemos lo mejor posible con base en lo que tenemos, ¿no?
Siempre es cuestión de, cuál es el beneficio que les da, los efectos secundarios y qué es más importante.
Y, eso varía de un paciente a otro.
Morgan: Cuando tenía 15 años, me daban medicamentos que le darían a un hombre adulto.
Y, no, yo estaba como un zombi.
Yo era como un zombi.
Kevin: Cualquier deseo que tengas de algo se puede acabar con cualquiera de esas medicinas.
Eres como el cascarón de la persona que eras.
Pareces el estereotipo de una persona con alguna enfermedad mental.
Pete: Siguió tomando el medicamento y mejoró después de un par de semanas.
Y después, por supuesto, él dejó de tomarlo.
Comenzó a tener alucinaciones otra vez.
Kevin había caminado por las calles durante cinco días y casi no había dormido.
Le dije: Kevin, te pagaré 50 dólares a la semana si te tomas las pastillas.
Me miró y dijo: papá, no soy una prostituta.
Entonces intenté engañarlo.
Kevin: Mi padre trituró algunas pastillas y las puso en mi cereal.
Pete: Vio las pastillas y me dijo: estás tratando de envenenarme.
Kevin: Me enojé mucho con él después de lo que hizo, pero de repente yo terminé hospitalizado.
Recuerdo que desperté en la unidad psiquiátrica y pensé: ¿qué estoy haciendo aquí?
Pete: Terminábamos en el hospital, y él hacía lo mismo una y otra vez.
La gente dice lo mismo: espera a que toque fondo.
Bueno, ¿y qué es el fondo?
¿En la calle, muerto o en prisión?
Morgan: Le dije a mi mamá que no iba a seguirme tomando mis medicamentos y decidí dejarlos.
No creo que sean la solución o la respuesta a todo.
Los cerebros de todos son distintos.
A veces se apresuran a ponerte un libreto.
En cierto modo, por eso fue que dejé de ir al psiquiatra.
Sarah Y: A menudo la gente se sorprende cuando me hablan como psiquiatra porque creo que las medicinas ayudan, pero no son la solución completa.
No solo se trata de hacer que se vayan los síntomas, se trata de que la persona pueda entablar relaciones significativas.
Thomas Insiel: Hay que trabajar, hay que aprender, aprender una serie de destrezas que te permitan hacer cosas que en este momento no logras hacer.
Hay que ir a terapia.
Locutor: Terapia, tratar una disfunción al conversar con un profesional capacitado.
Hombre 6: El niño siente muchísimo odio en su interior.
Un odio que se extiende a lo que siente por todo el mundo.
Mujer 4: Bueno, es que en casa sufre mucho.
Hombre 6: Y sobre eso quiero saber más... Alexis: Cuando fui a terapia, esperaba ver la cama en la que se acuestan, el sillón en el que uno se acuesta y entonces comienzan a preguntarte cosas como: ¿cómo se siente eso?
No sabía cómo hablar.
Entonces ella salió y volvió con cuentas, cuerdas y cosas así, y me dice: bueno, entonces haz una pulsera.
Mientras hacía la pulsera, ella empezó a hacerme preguntas.
Empecé a hablar y ni siquiera me di cuenta.
Ella lo hizo por mí.
Ella supo qué hacer.
Anna: Después de que mis padres se divorciaron, en tercer grado, comenzamos a ver a un consejero.
Eso me ayudó mucho a sacar de mi pecho todo eso que había querido decir.
Billie: Creo que no le doy a mi terapeuta todo el crédito que se merece por lo mucho que me ayuda.
Thomas Insiel: Hay terapias, hay rehabilitación, pero la realidad es que no es tan fácil encontrar un especialista que te ayude con la enfermedad mental, incluso con una enfermedad mental grave.
Hay tantos problemas con la atención en salud mental ahora, que son una vergüenza para todos como país.
Maclayn: Con los consejeros que tenía antes, sentía que ellos no entendían en realidad lo que me estaba pasando y que no se veían muy interesados, y eso de cierto modo me puso peor.
Ava: Siempre hacen las mismas preguntas y siento que no me están ayudando.
Es una pérdida de tiempo.
Yaadieah: Parecía como que en realidad no aceptaba nada de lo que decía, por lo que me sentí un poco invalidada.
Gabe: Aterrador, fue aterrador.
Era como: ¿debería estar haciendo todo esto?
Sí, no... sí, no; sí, sí, sí, no, no.
Muy confuso.
Yanerry: Me daban un pedazo de papel en el que yo soltaba como todo lo que estaba sintiendo, pero en cierto modo sentía que le estaba hablando a un papel y no a un terapeuta de verdad.
Justin: Un médico me dijo que nunca volvería a trabajar, que nunca tendría una vida completamente funcional y que iba a tener esta enfermedad por el resto de mi vida.
Y lo había conocido hace 10 minutos.
Sarah Y: Los problemas de salud mental exigen que haya una relación que quizás no exista.
Si me duermo en la mesa de operaciones y al anestesiólogo le cuesta conectarse conmigo, no importa, estoy dormida en la mesa de operaciones.
Si estoy en una habitación con alguien y se supone que debo hablarle de lo más difícil que me ha ocurrido en la vida, la relación es importante en otro nivel.
Pete: De los siete psiquiatras de mi hijo, solo dos se habían molestado en conocer más aparte de su nombre y su diagnóstico.
Así que contactamos con uno, el mejor terapista en el norte de Virginia para tratar a hombres jóvenes.
Mi hijo giró su silla hacia el otro lado y no le hablaba.
Después de tres sesiones, nos dijo: miren, él no va a hacer nada, yo no lo voy a ayudar.
Xavier: La primera vez que vi a un terapeuta fue un poco incómodo.
Fue raro.
No lo conoces y entonces tienes que hablarle de por qué estás triste.
Isabel Pineira: Fue a terapia durante un par de meses y dijo: esto no es para mí.
Amira: No quería tener que ir a terapia.
Solo quería que lo dejaran a su suerte y poder enojarse cuando quisiera enojarse.
Sarah Y: Las personas a veces son renuentes a hablar sobre sus preocupaciones de salud mental, en particular si han hablado con adultos e incluso niños que no les dieron apoyo cuando lo intentaron.
Samantha: Tienes que encontrar el indicado.
A veces para ti son de lo peor y eso está bien, ¿sabes?
No todos los terapeutas son los indicados.
Kee Dunning: A los niños y adolescentes les digo que yo sé que este lugar no está ni entre los primeros cien lugares de donde quisieran estar en este momento.
Con el tiempo te voy a conocer mejor, puede ser que nos hayamos reunido durante 60 minutos, 90 minutos, lo que sea.
Necesitamos trabajar juntos porque yo sé, yo sé que eso va a ayudar, yo sé que sí.
Vas a herir sus sentimientos.
Y ese es el poder, ¿no?
Samantha: Se trataba de hablar y de tratar de determinar qué era lo que estaba mal exactamente, era como armar un rompecabezas y no sabíamos por dónde empezar.
Y fue un proceso, pero se sintió bien por fin juntar todas las piezas.
Yanerry: Cuando conocí a mi terapeuta actual, me dijo que ella tenía los síntomas que yo tenía.
Se sintió tan bien poder hablar con alguien que de hecho ve las cosas como tú ves.
Ella me escucha y me ofrece métodos y formas para lidiar con mis síntomas.
Ahora siento que lo veo como mi normalidad en comparación con la normalidad de otros.
Isabel Pineira: Hace dos años nos volvió a decir que necesitaba ayuda, entonces le buscamos a otro terapeuta.
Xavier: Cambia con el tiempo, despacio, mientras puedes conocer más su personalidad y saber cómo hacen las cosas.
Bueno, despacio es como que te sientes cómodo y es más fácil hablar.
Kee Dunning: Tener a alguien que siempre está de tu lado te da tanta vida y amor, ese alguien que te quiere de verdad y eso da mucha felicidad.
Yo digo que todo el mundo debería ir a terapia.
Alexis: De hecho, mis padres iban a terapia conmigo.
Estaba hablando con mi papá y le dije: no sé cómo comunicarme.
Él me dijo: yo también tenía muchas emociones que no sabía cómo enfrentar.
Me dijo: cuando sientas que las emociones te abruman, solo ve afuera, ve a caminar, ve a hablar con los caballos, si quieres; ellos no te van a juzgar.
Si necesitas llorar y gritar, puedes sentarte entre los árboles y llorar.
Y eso fue lo que hice.
Nosotros creemos que todos los seres vivos, todos tienen alma, que todo es una enseñanza y que se puede aprender mucho de la naturaleza.
Samantha: Tenía unos 14 o 15 años cuando entré al centro de crisis por primera vez.
Entré sin ninguna disposición de trabajar en mí.
Les dije lo que querían escuchar.
Descansé nueve días de la realidad, del universo.
Cuando entré la segunda vez, estaba lista para poner de mi parte.
Me asignaron un terapeuta y la veía todo el tiempo, dos veces por semana, y luego iba al psiquiatra, al médico, dos veces por semana.
Ahora, llevo un año en terapia constante y me siento muy bien.
Muy bien.
Locutor: Paciente interno: persona admitida en un hospital por una o más noches.
Sarah Y: Cuando hay algunos casos que son más severos, consideramos un nivel de cuidado más alto para contrarrestar el nivel de sus síntomas y sus niveles de angustia, y eso exige un nivel de intervención más intenso.
Ray: Los arranques y los ataques de rabia se presentaban cada vez más seguido.
El apoyo mental en nuestra pequeña comunidad no era suficiente para Gabe.
Necesitaba una terapia más intensa.
Así fue como llegamos a los centros terapéuticos en los que estuvo.
Gabe: Cuando iba a ir a esa especie de hospital, fue como: no, por favor, no me hagan esto.
Ray: !¡Uf!
Darla: !¡Que si fue difícil!
Es que ni siquiera podía hablar de eso quizás durante los primeros tres meses sin derrumbarme.
Es que uno siente que perdió a su hijo, que uno... Ray: Sí, uno firma unos papeles y lo difícil es salir del estacionamiento.
El camino de regreso fue horrible.
Locutor: Gabe debió permanecer en el centro terapéutico un año.
Gabe: El primer día que llegué me hicieron una contención.
Una contención es cuando le pegas a alguien o a un niño, corren hacia ti y envuelven tus manos... como, te agarran así, y luego te acuestan y sostienen tus pies para que no puedas patearlos y te quedas ahí hasta que te calmas.
Un empleado me sostuvo con tanta fuerza que... le dije: hermano, calma.
Sarah Y: La hospitalización psiquiátrica o para tratar la salud mental se presta con la idea de que vas a ayudar a alguien a mejorar, o por lo menos a estar seguros durante un tiempo en el que hay razones para preocuparse por su seguridad.
Darla: En el centro al que Gabe fue, de atención residencial, básicamente lo devolvieron a la infancia: lo alimentaban, lo abrazaban, lo arrullaban, lo llevaban a todos lados en una mochila.
Y eso que tenía 9 años, pero eso en realidad sirvió para recuperarlo.
Gabe: Sentía que ya no podía seguir haciendo eso.
Ese lugar era horrible.
Será mejor que me recupere.
Ray: El centro terapéutico quedaba a 400 millas de aquí... y cada dos fines de semana viajábamos 800 millas.
Nos íbamos el viernes por la tarde y volvíamos el domingo por la noche, para que él supiera que no lo habíamos abandonado.
Gabe: Mi mamá y mi papá solían esconder notas por todo mi cuarto.
Les dije: las notas me ponen triste, ya no sigan haciendo eso.
Se los dije así tal cual.
Ellos me dijeron: solo queremos hacerte sentir mejor.
Sarah Y: Por su naturaleza, la hospitalización para tratar la salud mental es muy perturbadora.
Te saca de la escuela, te separa de tu familia, te hace dormir en una cama extraña.
Y puede debilitar algunas cosas muy básicas, como la conexión y la autonomía, mientras tratamos de mantener a las personas seguras.
Morgan: Después de despertar de mi sobredosis pensé que volvería a casa y ya.
No.
Me hospitalizaron en la unidad psiquiátrica de un hospital psiquiátrico infantil.
Se sentía raro estar ahí, saber que no estás en la escuela y estás en un hospital.
Le rogué a mi mamá que me sacara de ahí.
Una de las niñas me dijo: no te ves como si debieras estar aquí, no te ves deprimida.
Es algo que siempre recuerdo porque, ¿qué tiene que ver mi apariencia con lo que sea que estoy sintiendo?
Yanerry: La primera vez que estuve en una unidad psiquiátrica fue para evitar que intentara suicidarme.
Es como que te quedas en una habitación y ves a un psiquiatra, y si dices que te sientes triste, te quedas una semana más.
Lydia: En octubre del 2018 tuve una sobredosis de Xanax en la escuela.
Mis padres me dijeron: te vamos a enviar a una residencia durante 30 días y armé un escándalo: le pegaba a las paredes, gritaba y lloraba, y luego pensé: voy a fingir hasta que lo logre.
Erick: Yo llegué a un punto de... mucha desesperación.
Nada funcionaba.
Parecía que Lydia empeoraba.
Lydia: En esa residencia me sorprendieron, a la mitad de la noche me sacaron de ahí y me enviaron a un bosque.
Es como un secuestro legal por el que pagas, es terrible.
Teníamos que caminar casi todos los días.
Cargábamos unas mochilas gigantes.
Dormíamos en bolsas de dormir en una lona en el suelo debajo de una lona de plástico.
Estuve en el bosque unos tres, cuatro meses.
Erick: Hola, cariño.
Erick: Cuando regresó del bosque, estaba radiante.
Creo que había comenzado a trabajar en estar bien consigo misma.
Fue increíble verla.
Es que, de verdad, salió del bosque y... ni siquiera era la Lydia de antes.
Era una Lydia nueva.
Pudo sentirlo.
Lydia: Pero tan pronto regresé a la ciudad de Nueva York, volví a caer en los hábitos de antes... Patrick: Prestas atención durante un corto tiempo, crees que estás mejor, se te olvida que es una enfermedad crónica y que nunca estarás fuera de peligro.
Tu única oportunidad de estar fuera de peligro es prestar atención y tratarla un día a la vez de forma constante durante el resto de tu vida.
Justin: Me hospitalizaron y comenzaron a darme medicamentos.
El médico entró y me dio mi pastilla.
¿Cómo te sientes?
Bueno, hay gente que quiere matarme, Al Qaeda, la mafia; todo el mundo.
Así era todos los días y lo único que sé es que hay gente que se está yendo y que venía por mí.
Entonces un día dije mentiras: hermano, me siento genial.
Me dejaron salir con un mes de medicamentos.
Cuando cumplí 33 años fue que pensé: bueno, me siento bien, por qué tengo que seguir tomándome esto.
Makalynn: Me hospitalizaron en una institución de diagnóstico dual para adolescentes.
Se especializaban en salud mental y en trastornos de abuso de sustancias.
Creo que es muy poco común que haya alguien que solo tenga un tipo de enfermedad mental.
Y yo tuve la suerte de tener trastorno de uso de sustancias y trastorno bipolar al mismo tiempo.
Estoy siendo sarcástica.
Pero creo que primero tuve trastorno bipolar y eso se transformó en el uso de drogas para tapar los síntomas del trastorno bipolar y ese era un círculo muy, muy vicioso.
Patrick: Que la adicción es una enfermedad mental, !¡a ver, claro que sí!
No hay una diferencia entre las dos.
Lydia: La adicción es una enfermedad.
Es algo que no puedes controlar.
No puedes elegir ser un adicto, no puedes elegir no ser un adicto, está en tus genes.
Erick: Cada vez que salía de uno de estos lugares: ¿y ahora qué?
Entonces recaía, retrocedía; todo era mucho más doloroso.
Y, bueno, por supuesto que recaía.
Romper el ciclo de la adicción... creo que es una de las cosas más desafiantes que alguien puede hacer.
Lydia: Me gradué del bosque y luego eh... yo recaí.
Tuve una sobredosis de Adderall y ahora estoy aquí.
Había estado pensando algo como: oh, esta vez sí tengo que cambiar, esta vez tiene que ser distinto, ¿qué voy a hacer, qué voy a hacer?
Lydia: Como parte de la terapia, hacemos yoga dos o tres veces a la semana.
♪ Creía que el baño de sonido era como sacado de un culto y raro, como de miedo.
Pero cuando dejé mis expectativas a un lado pude disfrutarlo de verdad, relajarme y no enfocarme en el mundo exterior.
He oído de amigos que han estado en residencias que parecen ser horribles.
Morgan: Cuando estaba en mi primer año de universidad, tuve otra sobredosis y me enviaron a un lugar aterrador que me parecía una prisión.
De verdad era aterrador.
Makalynn: Estaba completamente recluida.
Básicamente me pusieron en una caja.
Nuestra única exigencia real era comer tres veces al día.
En ese lugar me alejé de las drogas, pero... fue perjudicial.
Morgan: Solo recuerdo el color blanco.
Muchas paredes blancas.
Era muy... Lydia: Vemos destrezas TDC, destrezas de recuperación o terapia de aventura, equina.
Depende del día.
La verdad es increíble, nunca esperé sentirme mejor por sincerarme con un animal.
Así que creo que el que arriesgarse y sincerarse con personas que uno no espera sea de tanta ayuda, es lo que aprendí de la terapia equina.
Creo que este lugar funciona mejor porque hay pequeñas cosas que uno anhela.
Makalynn: Básicamente nos daban cartulina, lápices de colores y un televisor.
Morgan: Coloreábamos todo el día.
Y veíamos películas.
Y era terrible.
Yanerry: Ni siquiera podemos ver dibujos animados, sentía que me estaba enloqueciendo ahí adentro.
Lydia: !¡Parece una residencia de niños ricos!
Pero, solo porque sea sofisticada, no quiere decir que tienes que ser rico para venir aquí, ¿sabes?
Todos aquí tenemos orígenes distintos.
Todos hablamos abiertamente entre nosotros.
Makalynn: Vivía en una casa con otras 13 niñas que tenían entre 12 y 17 años, además de desintoxicarnos de las drogas, también estaba la pubertad y las emociones alborotadas.
La terapia de grupo se convertía en quién estaba peleando con quién esa semana.
Yanerry: Era la única adolescente.
Todo el mundo me miraba como si fuera la niña chiquita, así como: ¿qué estás haciendo aquí?
Morgan: Había niños más grandes, de 14, 15 años, con niños de 6 años.
No podías recibir atención adecuada.
Erick: Ha estado en seis de estos centros.
Y si esta chica de 15 años pasa 320 días en rehabilitación, nada me dice que de ahora en adelante será complicado.
Y, la verdad es que nadie puede recuperarse hasta que la misma persona se lo propone.
Lydia: Tienes que confiar en ti.
Confía en el proceso que te va a llevar hasta donde sea que llegues y tu siguiente paso es estar afuera.
Trabajar en ti, en una comunidad.
Esta es solo una parte de mi historia.
No me va a impedir que viva el resto de mi vida.
De hecho, me da vida porque sigo viva gracias a este lugar.
!¡Quiero vivir, maldición!
!¡Me encanta estar viva!
Me encanta vivir.
♪ Gabe: Cuando por fin volví a casa, sentí que me volvían a adoptar.
Sí, como si pudiera volver a empezar.
Y como al año volví a caer en lo de antes.
Hice exactamente las mismas cosas, dije exactamente las mismas cosas.
Ray: Nos dimos cuenta de que necesitaba más ayuda.
Kee Dunning: Ella te dice que te detengas... Gabe: No, es que me dice que me calle o algo así, entonces me pongo a ver televisión, lo que papá está viendo... Kee Dunning: Ajá, te están diciendo que no.
Gabe: Kee es mi terapeuta.
Gabe: No.
Kee Dunning: No.
Gabe: Porque se enojó conmigo... Hablamos de lo que sea.
Kee Dunning: Está bien, eso no... Gabe: Pero mis amigos... Kee Dunning: Cuando los niños vienen a verme, por lo general están enojados porque dicen: es por mi mamá o es por mi papá.
Ellos querían que viniera.
¿Por qué no los atiende a ellos?
Ellos son los que tienen un problema.
Y yo les digo: por supuesto, seguro que sí.
Entonces por qué no me dices cómo puedo ayudarte a llegar a ellos y luego nos ponemos de acuerdo para ver qué podemos hacer.
Mantener ese rumbo.
Darla: De vez en cuando tenemos terapia familiar con Kee.
Cuando las hacemos, son bastante interesantes porque... Ray: Es brutal.
Darla: !¡Sí, lo es!
Pero pudimos ver las cosas a través de los ojos del niño.
Kee Dunning: La terapia familiar es fundamental.
El poder de esa terapia para que la madre o el padre se hagan responsables de las mismas reglas que le fijas al paciente es profundo.
Todos son una pieza del rompecabezas.
Ray: Los otros terapeutas que habíamos visto, no es que no les importara, es que no tenían la experiencia.
Sarah Y: La terapia de familia es... cielos, es difícil de concretar.
En un mundo ideal, tendríamos a muchos más niños en terapia familiar de los que tenemos en terapia individual.
Kee Dunning: Su madre biológica vino a una sesión.
Esa fue una de las cosas que cambió su vida para siempre.
Se sintió empoderado para decirle a su madre biológica, preguntarle por qué lo hirió de esa manera.
Tener esa oportunidad en un lugar seguro, un lugar seguro, hacerlo en un lugar así, saber qué decir.
Gabe: Millones, sí.
Es buena para cambiar la vida de las familias.
La vida de mi familia era así... y ahora es así... Leah: Tuvimos una sesión de terapia familiar con mi madre.
Éramos mi hermana, mi mamá y yo.
Y tuve que decirle como, ¿sabes?, te odiaba.
Te odiaba mucho.
En muchas ocasiones deseé que te murieras para que dejaras de lastimarme.
Todos esos años y años y años de frustración acumulada por toda esa situación en la que ella nos puso a mí a mi familia y todo eso salió en esa terapia familiar.
Ese fue el primer paso para yo perdonarla.
Leah: ¿Estás llorando?
!¡No llores!
Julie: Claro.
Leah: Te amo.
Julie: Mi relación con mi hija ahora, comparada con antes, es increíble.
Mi relación con la vida misma ahora es increíble, ¿sabes?
♪ [música] ♪ Alexis: Creo que es muy difícil encontrar a un indígena que no haya enfrentado problemas de salud mental o alguna clase de abuso.
Lo llevo en mi ADN.
No me enseñaron mi lengua ojibwe porque literalmente a mis bisabuelos los obligaron a olvidarla a golpes.
Las cosas que vivieron nuestros ancestros se reflejan en el abuso del alcohol, las adicciones, familias inestables, relaciones tóxicas; está en todas partes.
Esa es la carga con la que vive la juventud indígena.
Todos los días.
Naces con eso.
Derecho de nacimiento.
Locutor: Doble estigma, ser estigmatizado por tener una enfermedad mental y ser parte de una minoría.
Makalynn: El estigma es más profundo para las personas con una enfermedad mental que son de una minoría, por eso no hablan del tema.
Ya somos los perdedores en la sociedad, así que agregar otro nivel de algo que podría verse como una debilidad solo nos complicaría más la vida en general.
♪ Sarah Y: De alguna forma, hay cosas que están entretejidas en la sociedad que se convierten en ruido de fondo, para que no les prestemos atención de la misma forma.
Cuando existen cosas como la desigualdad, el racismo, la discriminación por género y cosas así, que forman parte tan importante de lo que nos enseñan, de cómo nos plantean las cosas, el lenguaje que se usa.
No lo reconocemos porque forma parte de cómo operamos.
Yaadieah: Si una de mis amigas está superansiosa y, bueno, molesta y gritándole a la gente o lo que sea por la ansiedad, las personas dirían: oh, está teniendo un ataque de ansiedad, por eso está haciendo eso.
Mientras que, si yo me comporto de la misma forma, entonces dirían: ay, es una chica negra enojada.
Está haciendo lo que hacen los negros.
Makalynn: Cuando la persona en cuestión tiene una enfermedad mental, pero es blanca, nos enfocamos en la persona y en lo que le ha pasado en la vida y se le puede atribuir la enfermedad.
Sarah Y: En las personas negras con una enfermedad mental se llega a minimizar la enfermedad, del mismo modo en que te minimizan como persona, puede ser que se... excluya la enfermedad, del mismo modo en que los excluyen.
Yaadieah: Tengo que atenuar mi enfermedad mental para no hacer quedar mal a mi comunidad.
Simplemente creo que muchas veces los negros no podemos tener una enfermedad mental porque es por nuestros comportamientos que tanto nos critican.
Sarah Y: Al ser negro, la gama de emociones que tienes permitido sentir en la sociedad es menor, el margen de error que tienes dentro de la sociedad es menor, por lo que la gama de expresiones emocionales que los demás expresan, tú no puedes hacerlo sin que la gente diga cosas como: mujer negra enojada u hombre negro enojado.
Makalynn: Decías que era hora de los chicos... Kee Dunning: ¿Qué procesos mentales nos permitirían creer por un segundo que, porque somos morenos, porque somos negros, indígenas; lo que sea, no podríamos enfrentar los mismos desafíos?
Yanerry: Algunas personas creen que los hispanos son ruidosos, locos y dramáticos, y eso afectó bastante mi salud mental.
Kee Dunning: En mi profesión, los indígenas americanos de nuestra comunidad están sufriendo, entonces les pregunto: ¿qué es lo que no sé?
Alexis: Muchos niños de la reserva quieren ser indígenas, quieren ser ojibwe, pero entonces van a otro lugar y es algo que está muy mal visto.
Como adolescentes es duro.
Hay un gran estigma, hay muchos estereotipos contra nosotros.
Uno solo quiere vivir y la gente dice: sí, tienes que lidiar con alcoholismo, abuso de drogas, pobreza; lo peor de lo peor.
Cuando le dices eso a un niño, ¿cómo esperas que triunfe en una reserva en la que no se supone que debas triunfar?
Es agotador.
De verdad que es muy agotador.
Yaadieah: Solo quiero abrir más la conversación.
No es una enfermedad solo de las chicas blancas ricas y rubias.
No discrimina, afecta a todo el mundo.
Makalynn: Creo que a la sociedad le gusta enfocarse en muchísimos otros temas con respecto a las minorías, por lo que ahora no se habla de enfermedades mentales.
Sarah Y: El tema de la raza y la salud mental no puede separarse.
Gran parte de lo que hace que la gente se enferme y gran parte de lo que les hace bien no tiene que ver con los medicamentos, la terapia o el sistema de salud mental, sino en donde viven, trabajan, juegan, aprenden y crecen.
Mujer 5: "No puedo separar mi trastorno alimenticio "de mi homosexualidad.
"Con todas las restricciones de cómo se permite "que se vea un cuerpo no binario, "no debería sorprendernos que entre los jóvenes "y jóvenes adultos trans "las tasas de trastornos alimenticios sean muchísimo más altas..." Mujer 6: "Cuando tenía 19 años, "tuve mi primer episodio de TEPT "cuando padecí una psicosis.
"No hablaba el idioma ni tenía dinero, "ir a una terapia que validara mi homosexualidad "era imposible.
"Comencé a beber para lidiar con mis síntomas, "y pasé cinco años entre la estabilidad y mantener la cordura...".
Billie: Muchos chicos no binarios están deprimidos y eso se debe a la forma en que nos tratan.
No es un síntoma de ser no binario, es un síntoma de ser marginados por una sociedad que no nos acepta.
Kee Dunning: He tenido pacientes que temen recibir atención médica y ni hablar de atención en salud mental, porque tenían mucho temor de ir a un consultorio médico y ser quienes son.
Eso es muy triste.
Maclayn: Si me preguntan que si soy gay.
Sí, lo soy.
En cierto modo, mis padres siempre lo supieron y la terapia me ayudó a descubrirlo.
Le dije a todo el mundo que era gay, y que si tenían alguna pregunta, me preguntaran lo que quisieran.
Voy a tener una vida maravillosa.
Las personas me aman y se preocupan por mí.
♪ Mary: Bueno, decirles a todos que eres un niño gay es difícil.
Uno quiere que encuentre el amor, uno quiere que tenga una vida feliz, que las personas lo acepten por lo que es.
Además, no solo él es gay, sino que también tiene problemas de salud mental; es algo que va a ser un largo camino para él.
Maclayn: La primera vez que hice teatro, le dije a mis padres que había encontrado a mi gente.
Me gusta actuar porque puedes expresar tus sentimientos a los demás y puedes hacer que los demás sonrían y se rían.
Billie: Ser no binario, transgénero, gay, LGBT, como sea que te identifiques, no tiene nada que ver con las enfermedades mentales.
No temas expresarte y ser como eres.
Porque, a decir verdad, no hay tanta gente observando como tú crees.
Da miedo exponerte así porque te estás mostrando para que otros te juzguen y eso te abre a las críticas, pero también te abre al amor.
Kee Dunning: Todos juzgamos, no se equivoquen, ustedes lo hacen, yo también.
Podría juzgar a un adolescente, a un niño, por algo que están haciendo o no están haciendo o que deberían estar haciendo.
¿Pero qué no sé, ¿qué no sé de su vida?
Xavier: De hecho, no sé nada de la infancia de mi padre, pero, sí, sé que estuvo en una guerra... Isabel Pineira: A su padre lo habían diagnosticado hace poco con trastorno de estrés postraumático.
Sirvió en Libertad Iraquí.
Xavier: Y que es posible que eso haya afectado su forma de ser o tal vez algo le pasó cuando era más joven que hizo que nos quisiera pegar sin razón aparente.
Kee Dunning: Todos tenemos nuestras cosas, todos tenemos problemas.
Puedes pasar por una casa que se ve impecable, pero nadie sabe lo que hay detrás de esa puerta.
Ray: Pero solo hasta que abren la puerta y te dejan entrar es que puedes ver que la puerta está destruida por dentro, y que el interior de ese lugar es un desastre.
Thomas Insiel: Lo que puede sucederles a las personas con una enfermedad mental grave, es como con un cáncer grave puede hacer metástasis, convertirse en una discapacidad, puede empeorarse por el abuso de sustancias.
Crea todo un ámbito de problemas sociales, como ir a prisión varias veces.
Locutor: Criminalizar, volver criminal o tratar como criminal.
Julie: Durante esos diez años de mi adicción activa, robé muchas veces, intercambié productos por crack.
Me rompieron, me rompieron la cabeza, me apuntaron con armas a la cabeza y terminé en el sistema de justicia penal.
Leah: De hecho, me arrestaron junto con ella.
Sí, bueno... Las dos estábamos robando una tienda juntas.
Yo tenía cocaína en mi bolso en ese momento.
Fue una estupidez.
¿Quién sale a robar con cocaína?
Pero yo, bueno, era joven y tonta, y no pensaba.
Si no me arrestaban, quizás, bueno, esa sería yo.
Quizás yo sería mi mamá.
Julie: Quería cambiar, pero no sabía cómo hacerlo.
Así que cuando entré a esa tienda a robar esas dos rizadoras que iba a robar esa noche, quería que me atraparan.
Cuando los policías me arrestaron y me llevaron con ellos, ese fue el comienzo de mi recuperación, esa noche en Walgreens.
Walter Thompson: No todos los hombres y mujeres en prisión son criminales.
Las enfermedades mentales pueden llevarte a un lugar en el que no deberías estar.
Lo que sucede en tu mente es lo que te lleva a un espacio para criminales.
Justin: Dejé de tomar los medicamentos.
Mis síntomas volvieron y me arrestaron en abril de 2007.
Me llevaron a la prisión del condado de Miami Dade por un delito.
En la celda tuve un colapso psicótico.
Entonces me transfirieron al noveno piso, que se conoce como el piso olvidado.
Es un ala llena de personas gritando, pero que gritan con todas sus fuerzas.
Los oficiales de prisiones llegan y golpean en la ventana cada 15 minutos.
Hacen así... y te dicen: muestra la cara.
Porque quieren asegurarse de que no vayas a suicidarte.
Eso lo hacen cuatro veces por hora, cada hora, 96 veces al día vienen y le pegan a la ventana.
Era terrible.
Dije: ¿dónde estoy, dónde diablos estoy?
Después de unas seis semanas en prisión, alguien hizo que me inscribiera para tratamiento.
Sarah Y: Cuando se trata de enfermedades mentales, está demostrado que el sistema de justicia penal de Estados Unidos no es justo.
En lugar de que el sistema de salud mental esté preparado para entrar e intervenir con esas personas, ellas terminan cayendo en un sistema que siempre tiene las puertas abiertas y está dispuesto a recibir más personas.
El sistema de justicia penal.
Pete: Las personas se quedan atrapadas en un ciclo continuo de entrar y salir, entrar y salir de las prisiones o los hospitales.
Kevin: Cuando estaba enfermo, todo era blanco y negro.
El bien contra el mal.
No parecía la realidad.
Parecía un sueño febril o algo así.
Creía que era una especie de profeta que iba a tener algo que ver con que sobreviviéramos al Armagedón.
Pete: Un día se escapó de la casa para ir a la casa de un viejo amigo que se había mudado hace mucho.
Kevin: Para mí, si llegaba a esa casa, habría podido dormir un rato, y cuando me despertara el Armagedón ya habría pasado y habría paz en la Tierra.
Entonces agarré una maceta y la lancé hacia la ventana... Pete: Entonces entró y volteó todas las fotos de la familia porque pensó que lo estaban mirando.
Kevin: Tenía la idea de que necesitaba ser invisible.
¿Cómo te vuelves invisible?
Te desvistes.
Me quedé totalmente desnudo y caminé por la casa de esos extraños.
Luego, tenía que limpiarme los pecados porque ya venía el Armagedón.
Entonces subí, me di un baño y me limpié.
Me acosté en la cama y me dormí.
De repente unos perros policía me saltan al brazo y había 10 o 12 policías rodeándome y sujetándome desnudo contra el suelo.
Cuando me metieron en un furgón policial, comencé a entender un poco la realidad de lo que había hecho.
Fue humillante.
Físicamente, estás lo más expuesto y abierto posible.
El dueño tenía un arma.
Me salvé porque el día que entré la familia estaba de vacaciones.
Pete: Me llamaron.
Habían acusado a Kevin de dos delitos.
Fuimos al tribunal y nos dijeron: tienen que tomar una decisión ahora.
¿Quiere declararse culpable o inocente?
Un montón de extraños que no tienen idea de quién es él van a tomar una decisión en cuestión de cinco minutos, y... Este es mi hijo.
!¡Es su futuro!
Está enfermo.
¿Por qué van a arruinarle la vida?
Intenté conseguirle ayuda y la ley me dijo: no.
Ahora esa misma ley quería castigarlo por un delito que cometió porque estaba enfermo.
Es mi hijo, y me están diciendo que, no lo van a ayudar porque no creen que lo necesite ni que no es peligroso.
!¡Cómo se atreven!
Por suerte, conseguimos tiempo y entonces el dueño de la casa no se presentó a la segunda audiencia y logramos que le dieran dos años de libertad condicional.
Kevin: ¿Que si me considero un criminal?
Eh, creo que me cuesta decir sí, porque cuando me arrestaron, en un comienzo quería declararme inocente por causa de demencia.
¿Pero qué creo que la respuesta es sí?
Me siento responsable, estoy arrepentido y tengo mucha vergüenza.
Cuando haces algo malo, en tu corazón quieres solucionarlo, pero no puedes.
Pete: Los afortunados han podido regresar a la comunidad, ser atendidos y vivir bien, pero los más enfermos de todo han sido abandonados en nuestras calles y encerrados en nuestras celdas y prisiones.
Thomas Insiel: Al tratarlo como un problema de justicia penal y no un problema de salud, hemos convertido nuestros hospitales en prisiones.
Y hemos convertido nuestras prisiones en instituciones de salud mental.
Una de las instituciones de salud mental más grande, es la prisión del condado Cook, en Chicago.
Parece algo surrealista.
Narrador: Desesperación, recurrir a medidas extremas en un intento por salir de la desesperanza.
Collin: Éramos pudientes.
De clase media alta.
Nos sentíamos invencibles.
Éramos unos chicos de 15 años, atléticos, acomodados, nos iba bien en la escuela; nos iba bien, nunca pensamos que eso fuera posible.
Creíamos que éramos inmunes a esa clase de cosas, pero no es verdad.
Esto le pasa a cualquiera, de cualquier manera o forma.
No importa.
Y eso también fue una gran sorpresa.
Seguro.
Pero solo después de que pasó, todos en nuestro pueblo saben lo que pasó... ahora.
Y todos se vieron afectados por eso.
Rick: El Miércoles 7 de febrero de 2018, Nathan Bruno se suicidó.
♪ Collin: La última vez que vi a Nathan fue en el almuerzo en la escuela, el día anterior.
Fue un día normal: de actividades de Collin y Nathan.
Nada fue diferente y eso es lo que me aterra.
Rick: Sabía que Nathan estaba mal.
Habíamos conversado varias veces sobre lo que podría estar afectándolo.
Le mencioné varias cosas: ¿es acoso, es sexo, son drogas, presión de los compañeros?
Lo único que me dijo fue: papá, es que siento que a los chicos les toca más duro ahora.
Collin: Fue un infarto emocional.
Fue como si todo mi mundo explotara en mi cara.
Ya no sabía qué pensar sobre todo y sobre todos.
Rick: Comenzó con una broma que le hicieron a un empleado de la preparatoria, por la que Nathan asumió toda la responsabilidad, aunque también participaron otros chicos.
Lucas: El entrenador de fútbol al que Nate le estaba haciendo la broma presionó a todos los chicos y les dijo que no iban a jugar en su equipo y que no iban a participar si hablaban con ese chico o se relacionaban con él.
Rick: Nathan se sentaba a almorzar y todos los chicos en la mesa se levantaban de la mesa y se iban.
Lucas: Creía que nunca nadie le iba a volver a hablar.
Rick: A los 15 años eso puede tener un impacto profundo en tu estado mental.
Angel: Lo que sucedió es que comenzaron a culparme por algo que en realidad yo no hice.
Y yo culpé a Nathan por eso.
La última vez que hablé con él, le estaba enviando mensajes con mucha rabia, estaba enojado.
Por hacer eso, siento que tuve algo que ver con que él llegara a ese punto de quiebre en el que no sintió nada y terminó tomando la decisión de suicidarse.
Rick: La última vez que vi a Nathan, él y yo hablamos un poco de, bueno, lo graves que pueden ser estas cosas.
Él estaba en este sofá viendo televisión como casi todas las noches.
Angel: La casa de Nathan queda justo de camino a la escuela.
Cuando íbamos pasando por la casa de Nathan, vimos una ambulancia y una camilla cubierta con una sábana blanca.
Era un chico tan alegre.
Y era muy gracioso.
Sí... Collin: Creo que Nathan era el chico más agradable, más divertido y carismático que he conocido.
Sabía cómo alegrar cualquier lugar sin importar qué tan oscuro era.
Lucas: La forma de ser de Nathan como persona dice mucho de la naturaleza del suicidio.
Puede ser cualquiera, cualquiera puede tener esos pensamientos y esa sensación de estar solo y de no tener con quién hablar.
Angel: Básicamente sentimos como si nos hubiera golpeado una bola de demolición, todo cambió.
Collin: Eso hizo que la escuela entrara en una espiral fuera de control.
Owen: Algunos estábamos en clase de gimnasia y simplemente comenzamos a llorar.
Entonces fui donde el consejero y me dijeron: bueno, tienes que programar una cita.
Collin: Los consejeros académicos no estaban capacitados en ese campo, no sabían qué hacer.
Ninguno sabía qué hacer con nosotros.
La preparatoria es una de las cosas más difíciles que alguien tiene que vivir.
Cualquiera que esté viendo esto y esté en preparatoria puede confirmarlo.
Hay muy poca ayuda para las personas que tienen estos problemas, hay muy poco apoyo disponible, sobre todo, en la escuela.
Sarah Y: Los consejeros escolares pueden tener especializaciones relacionadas con temas educativos y vocacionales, puede ser que no las tengan o que ni siquiera tengan licencia clínica para tratar enfermedades mentales o trastornos mentales.
Owen: Justo después de lo de Nathan había quizás 25 chicos en mi sótano y de verdad no salimos de ahí como en tres días.
Angel: Comenzamos a aprender cómo ayudarnos entre todos en nuestros peores momentos.
Owen: En ese momento todos nos necesitábamos.
Angel: La verdad, fue el inicio de entendernos entre nosotros y hablar de nuestros sentimientos.
Lucas: Estábamos hablando de varias cosas, sobre la muerte de Nathan y cosas que pasaron, y, de repente, se transformó en una charla sobre salud mental, sobre aprender todo lo que pudiéramos por nuestra cuenta Collin: Todos dijimos que algo no estaba bien, ¿no?
Algo tiene que cambiar.
No podemos permitir que esto le pase a alguien más.
Rick: Sus amigos dijeron: queremos hacer algo sobre lo que pasó.
Queremos hacer la diferencia en nombre de Nathan.
Collin: Todo se trata sobre hablar del tema.
Creo que eso hubiera salvado la vida de Nathan y podría salvar la vida de cualquiera que se sienta igual.
Y a partir de allí nació ESI.
Ava: Antes, de lo que pasó con Nate, en la escuela nunca se hablaba de salud mental.
Nunca se hablaba de depresión, de enfermedades mentales, nada.
Ahora, hablamos sobre las formas en que puedes ayudar a otros, hablamos sobre mecanismos de afrontamiento, señales de alerta y eso me ayudó.
He crecido y ya sé cómo ayudar a otros.
Anna: Comencé a participar en la Iniciativa Todos los Estudiantes, ESI, supongo que porque estaba muy orgullosa de lo que estaban haciendo y la forma tan respetuosa en la que lo estaban haciendo.
Tenía una enfermedad mental y sabía del tema, quería expresarlo y estar en un espacio en el que me sintiera segura hablando de eso.
Angel: Después del duelo por Nathan, comencé a darme cuenta de que tenía que hablar con alguien, necesitaba estar bien conmigo mismo.
Entonces comencé a ir a terapia.
En cierto modo fue como una epifanía.
Collin: También tuvimos la idea de la Ley Nathan.
Nuestra misión es revisar, corregir y crear políticas y programas para mejorar el apoyo socioemocional en las escuelas y comunidades.
Lucas: Un sistema de apoyo estructurado en todas las escuelas.
Collin: La primera vez la presentamos en la legislatura estatal, pero no superó el comité.
Pero, eso no nos detuvo.
Sabemos lo que puede y lo que va a ayudar.
Creemos que esta ley puede impedir que algo así vuelva a suceder.
Presentadora: Esta mañana, el gobernador Dan McKee aprobó una ley sobre prevención del suicidio en la segunda gala benéfica anual de: Sé el mejor por Nathan.
El evento de anoche en Ochre Court, en Newport, fue en honor del adolescente de Portsmouth Nathan Bruno... Collin: Esta es la historia de miles de pueblos pequeños como Portsmouth.
Thomas Insiel: Cada año hay un millón de suicidios en todo el mundo.
Por cada suicido hay 11 víctimas.
Una es la persona que muere y diez son las otras personas que nunca volverán a ser las mismas.
Rick: Creo que hace falta un acontecimiento así de fuerte porque le prestamos atención.
Pero esta no es la historia que yo quería.
Collin: Quisiera poder haber hecho esto sin que Nathan se hubiera suicidado.
Pero, si Nathan si él no hubiera fallecido, alguien más lo habría hecho.
Quisiera poder haberle dicho a Nathan que significaba mucho para nosotros y si pudiera vernos ahora, lo que habríamos hecho para impedir que hiciera lo que hizo.
Quisiera poder haber hecho mi mejor esfuerzo, podría haber tratado de impedir que hiciera esto, haberle conseguido ayuda, si yo no hubiera podido ayudarlo.
Eso es lo que le diría.
Y eso es lo que les digo a ustedes.
Siempre hay alguien que se preocupa mucho y que haría cualquier cosa por ustedes.
Y haría lo que fuera para que esto no te pase a ti.
♪ Amethys: Sin duda, creo que las enfermedades mentales se ocultan a plena vista porque muchas personas las padecen.
Claramente forman parte de la vida.
Las personas que pasan por esto no se lo desearían a nadie, sencillamente es algo que no podemos evitar.
No todo el mundo tiene una familia tolerante como la mía y no todo el mundo vive en un lugar en el que las enfermedades mentales se reconocen y se aceptan ampliamente.
Melanie: En general, la conversación sobre la salud mental está mejorando, pero no creo que se aborde lo suficiente.
Creo que casi todas las personas que conozco conocen a alguien con algún pariente, un cónyuge, un hijo, un amigo, un compañero de trabajo; alguien.
Puede ser que no tengan una enfermedad mental, pero les garantizo que alguien que conocen sí y el humanizarla, llevarla a casa, hace que sea más real para la gente.
Locutor: Una epidemia invade nuestro mundo.
Amethys: Estaba muy emocionada por este concierto porque creo que si todos pudieran ver la cantidad de personas que están pasando por todo eso juntos... David Draiman: La adicción y la depresión son demonios muy poderosos.
Amethys: Entonces habría mayor aceptación... David Draiman: Son enfermedades.
Amethys: Al darnos cuenta de lo grande que es.
David Draiman: Enfermedades mentales.
No son como el cáncer.
Alcen la mano los que luchan contra los demonios y de la adicción o que conocen a alguien que lo ha vivido.
Dejen las manos arriba.
Ahora miren a su alrededor.
Ustedes no están solos.
Amethys: Miles y miles de personas a mi alrededor y todos sentían cosas similares a lo que yo sentía.
De verdad fue un momento en el que me di cuenta de que, guau, no estoy sola en esto.
En ese momento me di cuenta de que conozco personas que están pasando por esto.
Sin duda me siento inspirada a salir y tratar de hacer la diferencia en la vida de otros.
Maclayn: Con una persona que corre la voz, más personas lo van a difundir y entonces, creo que con el tiempo todos van a ser comprensivos y amorosos con todos los demás por lo que son.
Walter Thompson: El cuerpo humano necesita luz para funcionar.
Cuando esa luz entra en tu vida, entonces eres capaz de hacer muchas cosas.
Te hace pensar y ver mejor para que puedas hacer más cosas a la luz.
Thomas Insiel: Es muy importante comprender que las personas pueden superar una enfermedad mental y que pueden continuar y hacer cosas espectaculares en su vida.
Makalynn: He estado limpia desde el día que entré al tratamiento, hace siete años y medio.
Y se lo debo a mi sistema de apoyo.
Toda mi familia me apoyó y después, cuando entré a NA, ese programa de 12 pasos que me regaló una familia nueva.
Samantha: Veo a mi terapeuta, veo a mi psiquiatra y voy a ver un médico general.
En cierto modo, todos trabajan juntos, lo que es genial, ese es mi equipo de apoyo, pero tardé años en conseguirlo.
Kevin: La quinta vez que te hospitalizan, nadie quiere saber nada de ti.
Mi hermano me dijo que, si quería estar en la vida de mi sobrina, no querían que yo fuera ese tío en el que no confiaban para nada.
Por alguna razón eso se me grabó en la mente.
Y me cansé de ser esa persona.
En mi caso, es sumamente importante que tome medicamentos.
Lydia: Encontré un padrino de AA y volví a encontrarme.
Todo encajó en su sitio.
Siento que tengo una base que me sostiene y que sé hacia dónde voy, sé hacia dónde va mi futuro y me siento bien, pero sigue siendo algo con lo que tengo que lidiar todos los días.
Isabel Pineira: Veo a Xavier hoy y sé que sigue luchando, pero tiene momentos en que está mejor.
Tiene mecanismos de afrontamiento y ahora puede decir: ¿sabes qué?
Me siento deprimido, voy a salir a hacer otra cosa.
Xavier: Cuando estoy patinando, no me siento abrumado por mi situación.
Creo que me siento mejor, no sé.
Supongo que llega un punto en el que digo: vaya, tal vez no estoy triste, pero sigo triste.
Amira: No creo que sea muy diferente ahora, solo que ahora sabe cómo comportarse.
Tómate tu tiempo para aprender cómo se comunica tu hermano y así podrás comprender qué lo provoca.
Así puedes crear un espacio en el que se sienta cómodo para querer crecer y seguir hablando contigo.
Es muy importante.
Por eso, voy a verlo patinar.
Solo quiero estar ahí y estar cerca de él, y también verlo brillar.
Morgan: Después de la tormenta viene lo más lindo, es cierto.
Te van a mandar de un lado al otro, pero, es lo que nos hace lo que somos.
No podría sentarme aquí y decir que voy a hablar de estos temas, si no hubiera vivido todo ese dolor en carne propia.
Justin: No te aferres al resentimiento, al dolor, al miedo; no te aferres a eso porque te enferma.
Allá afuera hay toda una vida que te espera.
Maclayn: Soy yo y ya.
Y no puedo hacer nada al respecto.
Simplemente, soy quien soy y esa es la mejor bendición que pude recibir.
Gabe: Me gusta como soy, sí.
Estoy de acuerdo con que me gusta.
Makalynn: No soy el trastorno bipolar.
Y no soy la enfermedad mental.
Yanerry: Habla contigo mismo sobre el tema, eso puede ayudarte a sentirte más cómodo para hablarlo con otras personas.
Kee Dunning: Acércate, usa tus palabras, solo di algo.
Billie: Sé que en el pasado cuando he escuchado las historias de otros, saber que ellos han pasado por esta situación tan difícil en su vida, me hace sentir más validada; es una especie de recordatorio de que las cosas pueden mejorar.
Así es que, espero que mi historia ayude a otros.
Alexis: Lo que hagas hoy tiene impacto en las siete generaciones siguientes, por eso debes asegurarte de que lo que hagas hoy sea bueno.
No solo el trauma está incorporado en mi ADN, también la resiliencia, así que, sé que mis antepasados y mis mayores me están animando y quieren que haga el bien.
Voy a compartir mi historia una y otra vez, volveré a vivir esas emociones un millón de veces, si eso ayuda a alguien más.
Al mismo tiempo, en cierto modo, sana esa pequeña cicatriz que hay en mí.
Patrick: Al final del día, el gran ecualizador son estas enfermedades y cuando hablan de sus experiencias en común, se forma un vínculo, una comunidad, y, las personas que la encuentran, no quieren dejarla ir porque es lo que siempre han estado buscando, solo que no sabían que eso era lo que estaban buscando.
Kevin: Yo era el chico que empujaba los carritos de compras en Home Depot.
Entonces mi trabajadora social me dijo: tengo un trabajo para ti.
Quiero que seas un especialista en apoyo de pares.
Me dieron este trabajo porque tenía una enfermedad mental y no tenía antecedentes penales.
Ser una voz para las personas que están pasando por los mismos problemas que pasé yo.
"Era necesario pasar por todo eso para llegar a donde estoy ahora".
Thomas Insiel: Cada vez más, una parte sumamente importante de los trabajadores en salud mental serán las personas que lo han vivido, que se han recuperado y que quieren compartir su experiencia con otros para ayudarlos a recuperarse.
Sarah Y: Tienen la capacidad de, a partir de su experiencia con una enfermedad mental, descubrir la misión de ayudar a otras personas en la misma situación en la que ellos estaban, así como ayudar a que esas personas entiendan que su historia no tiene que terminar así.
Leah: Soy Leah Reed, tengo 27 años y soy especialista del Programa Alternativo a Prisión por Delitos, de Miami Dade.
Justin: Me llamo Justin Volpe, tengo 35 años y soy especialista certificado en apoyo de pares del Programa Alternativo de la Prisión.
En estos últimos 12 años he ayudado a más de mil personas a salir de prisión, a vincularse con la comunidad y ayudar a las personas a recuperarse.
Morgan: Me gradué de psicología de la UNC de Charlotte.
Angel: Tengo planeado entrar a la universidad y estudiar trabajo social o estudiar psicología, para volver a mi comunidad y ayudar a los niños de Portsmouth.
Makalynn: Creo que comencé a interesarme en la justicia penal porque mi papá entraba y salía de la cárcel y luego me di cuenta de que no es solo un mal tipo, no es un preso más, es una persona que está luchando contra algo y nuestro sistema penal consideró que era mejor encerrarlo, en lugar de, bueno, enviarlo a un centro para tratar su adicción.
Estoy haciendo un posgrado, una maestría en justicia penal en este momento y quiero trabajar en la reincidencia de alguna manera.
Justin: Una vela puede encender miles de velas más.
Es todo lo que podemos hacer.
No podemos hacerlo por ellos, pero podemos guiarlos y sugerirles lo que nos ha funcionado y a miles de personas más.
Patrick: Este es el desafío para la salud pública de nuestros días.
Más allá que en términos de discapacidad médica.
Lo es en términos de relaciones que se pierden, de comunidades perjudicadas, tragedias, dolor y sufrimiento.
¿Cuándo se va acabar el sufrimiento?
Thomas Insiel: El problema de las enfermedades mentales está en todas partes.
Estamos en una crisis, una crisis que pasa por nuestra incapacidad de ofrecer el tipo de atención que las personas con enfermedades mentales necesitan y de ofrecerlo de modo que puedan acceder a ella en el momento que la necesitan.
Sarah Y: Creo que la sociedad estadounidense tiene... recursos enormes a su disposición.
Nuestra falta de progreso no se debe tanto a los recursos, sino a la falta de voluntad.
No es que no podamos abordar esto de una forma más significativa, es que no hemos decidido hacerlo.
Walter Thompson: Si te sientes desesperado y que ya no tienes ninguna oportunidad y que todo está perdido, déjame decirte que no todo está perdido para ti.
Te lo voy a demostrar y con suerte tú me lo demostrármelo a mí, y lo veremos juntos, y trabajaremos en nuestra enfermedad mental.
Porque no puedes pasar por eso solo, porque yo la tengo.
Así que no estás perdido, porque estoy igual.
No estás solo, porque yo la tengo y estás hablando conmigo, así que, ahora tienes a alguien que es igual a ti y que está listo para acompañarte.
Eso es lo que te diría.
Te voy a demostrar que se puede lograr.
Lydia: Lo lamento, de verdad que sí.
Yo he estado en tu lugar y yo sé lo difícil que puede ser, y sé que se siente como si nadie lo entendiera y nadie... nadie supiera por lo que estás pasando, pero yo lo sé, sé que es muy difícil estar en esa posición y yo te entiendo.
Locutor: No estás solo.
Si tú o alguien que conoces tiene depresión o pensamientos suicidas, se brinda orientación en la National Alliance on Mental Illness: 1-800-950-6264, la Red Nacional de Prevención del Suicidio: 1-888-628-9454.
Puedes escribir: 10-18 o " scrubs " al 741741.
♪ [música] ♪ ♪ [música] ♪ Narradora: Conozca más de: Oculto a Plena Vista: Salud Mental en Jóvenes y busque recursos sobre salud mental en: PBS.org/plainsight.
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